Hace pocos meses terminé con mi pareja, he estado sola todo este tiempo y ni a un solo desconocido he metido en mi cama. Pero desde hace días le estoy sonriendo mucho a la pantalla de mi móvil y si les soy sincera no se en que momento empezó todo.
Siempre me había caracterizado por temerle a las relaciones a distancia, esas que te despiertan con los buenos días vía chat y no con un café y un cigarrillo después del polvo. Soy fiel a lo carnal, a que me besen cada parte oculta de mi alma, que me levanten con besos en el cuello y que me posean en la ducha, pero esta última vez no fue así, me enamoré de los típicos Buenos días amor + emojis, de los chat cálidos de madruga, de sus selfie que me enviaba y de los estados ocultos que me dedicaba, me enamoré de su forma de hablarme, de como me celaba y se desconectaba hasta el día siguiente para pedirnos perdón, me enamoré de que empezó a fumar para salir del trabajo y escribirme un "Hola, ¿como estás?".
Me enamoré por una red social, sin saber si algún día nuestros cuerpos se unan como ahora están conectadas nuestras mentes.
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Mil y un viajes al Pasado
Short StoryDicen que la vida nunca se acaba, que nacemos una y otra vez en otros cuerpos, en otras regiones, que nuestra alma muta, aprende y evoluciona con cada experiencia vivida. No recordamos mucho de nuestras décadas pasadas, solo pequeños Deja vu, que vi...
