desconocidos

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Aquel día, todo iba tranquilo, como si la vida le estuviera regalando uno de esos días que eran casi inexistentes para ella. Caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad y de pronto, allí estaba el, lo observo a lo lejos, y la volvieron a inundar todos esos sentimientos que ella deseaba no tener, aquella extraña necesidad de estar cerca de el, abrazarlo, poder sentir sus manos rodeandola, con esa aura que transmitía una paz de otro mundo, aquella paz que lograba hacerla olvidar absolutamente todo, cada una de sus preocupaciones, y sentir por unos segundos que todo estaba bien en el mundo, sentir el latido de su corazón en su pecho y escuchar su calmada respiración.
El venía caminando en su dirección y comenzó a acelerarse su corazón, comenzó a sentir su sangre corriendo rápidamente por todo su cuerpo, estaba nerviosa, aquel hombre por el que había perdido la cordura venía hacia ella, sentía curiosidad sobre lo que pasaría a continuación, y comenzó a dudar de si debería seguir por la misma dirección en la que iba, unos pasos más y llegaría al final de la cuadra, podría doblar y tomar una calle diferente. Se detuvo, el semáforo estaba en rojo, y aquel chico estaba solo a unos pasos de ella, quería escapar y al mismo tiempo poder estar cerca de el una última vez, allí estaba el, tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Entonces el levanto la mirada y sus ojos se encontraron con los de ella, tenía la misma mirada que cuando recién lo conocio, una mirada como la de un cazador que tiene en la mira a una presa, una mirada dominante, calculadora, una mirada que te hace pensar que esta viendo lo más profundo de tu alma através de tus ojos, aquella mirada que la volvía loca y lograba alborotar cada célula de su ser. Y depronto cambio el semáforo, sin pensarlo mucho camino en su dirección, El siempre tenía una manera de caminar en la cual se notaba su seguridad al andar, y ella, siempre tratando de pasar desapercibida, pero el siempre la notaba, a pesar de que para los otros parecía invisible, los ojos de el siempre podían encontrarla.
Un paso, dos pasos, 3 pasos, y ya, estaban de frente, el tiempo y la gente parecieron detenerse por un momento, y fue como si los solo existieran los dos, como en los viejos tiempos, solo tenía unos segundos, ¿que debía hacer? Ya todo había acabado, no había nada que hacer, al parecer el pensó lo mismo, simplemente se limitaron a pasar uno al lado del otro como desconocidos, y a ambos les dolió profundamente, ella volvió a sentir que su mundo se había desmoronado y el que la luz de su vida se había extinguido.
Siguieron sus caminos a pesar de amarse y a pesar de que se amarian para siempre, lamentablemente su amor no fue suficiente para mantenerse juntos, y al final, solo terminarían siendo lo que anteriormente fueron, unos desconocidos.

Pensamientos Ambulantes De Una Mente Mal OrganizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora