Capitulo 7

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Una rápida sonrisa se pudo apreciar en el rostro del alfa antes de que volviera a su habitual seriedad, pero aun así sus ojos brillaban mostrando la felicidad que en aquel momento sentía. Un calorcito se instaló en el pecho de Misaki al haber hecho a su alfa feliz. Haruhiko besó a Misaki con pasión. El nudo ya se había disuelto pero el miembro del alfa seguía dentro del omega. Salió lentamente para no lastimar a Misaki que gimió por la perdida.

Haruhiko volteo a Misaki dejándolo boca abajo y él encima del omega. El alfa pasó su lengua por la nuca de Misaki, humedeciéndola.

–Umnn– Misaki trataba de controlarse, no quería excitarse de nuevo.

Si qué quieres, solo que sabes que no deberías tener sexo tan temprano en la mañana. – Y su omega interno no sabía cuánta razón tenía. Salió de sus pensamientos cuando Haruhiko posiciono sus dientes encima de su nuca, raspando gentilmente la piel.

–Misaki, ¿puedo? – pidió permiso el alfa para marcarlo. Misaki solo asintió dando a entender que le permitía morderlo. Haruhiko incrustó sus dientes en la piel de Misaki. El menor soltó un gemido-grito. Un estremecimiento recorrió su cuerpo. Varias emociones lo inundaron, no solo las suyas. Podía sentir la felicidad y amor que su alfa sentía en ese momento. Sangre salió rápidamente de la herida, sangre que el alfa lamió antes de que manchara las blancas sabanas.

Una media sonrisa se formó en la cara de Haruhiko. Ese día estaba sonriendo demasiado para su gusto, pero no podía evitarlo. Misaki podía atravesar la máscara que con los años había perfeccionado. Solo Misaki podía ver atreves de la fachada de "nada me molesta porque soy perfecto" y esa era una de las razones para amarlo. Amaría a Misaki hasta su muerte, aunque este no hubiese sido su destinado.

La respiración de Misaki se volvió pausada, dándole a entender a Haruhiko que su omega se había quedado dormido. Su omega, oficialmente suyo y de nadie más. Haruhiko sonrió al pensar en aquello.

Se recostó junto a Misaki y los arropó a ambos. Una siesta no le haría daño a nadie.

***

En el comedor, Yukino y Usagi todavía esperaban el regreso de Misaki.

—Está tardando mucho, ¿no? — preguntó la rubia

—Tal vez se distrajo. — dijo el albino de manera despreocupada. Después de todo, ¿Qué le podría haber pasado a Misaki en una mansión completamente segura? La respuesta era nada. Asique si Misaki no regresaba era porque seguramente se había distraído o simplemente no quiso volver. No podía culpar al castaño por no querer volver. Después de todo, seguramente se sentiría incomodo por estar tan cerca de ellos, tal vez incluso triste y dolido.

El pensar en Misaki llorando hizo que su corazón doliese un poco. Ciertamente no quería ver al pequeño omega triste de nuevo.

—Aki, estoy preocupada. — la voz de su novia lo sacó de sus pensamientos.

Akihiko soltó un suspiro. —Tanaka— El nombrado se acercó hasta estar justo al lado de Akihiko.

—¿En qué puedo ayudarlo, Akihiko-sama? — pregunto con una leve reverencia y una sonrisa calmada en su rostro.

—Localiza a Misaki y notifícame cuando lo encuentres. —le ordenó sin mirarlo.

—Entendido. — Y sin más preámbulo, Tanaka se dirigió al segundo piso en busca de Misaki. No era una búsqueda difícil. Como Gravity omega tenía un olfato mucho más desarrollado que las personas normales. A medida que se acercaba a la habitación de Haruhiko, más intenso se volvía el aroma del omega. Tanaka ya sospechaba un poco de lo que podría estar pasando en aquel momento. Si no se equivocaba, en ese momento Misaki habría reconocido a Haruhiko como su alfa y ahora aquellos dos habrán entrado en celo.

Gravity Omega (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora