Homophobic | Emiliaco

III

El timbre ya había sonado y ni rastro del primate, así es como decidí llamarlo internamente, el profesor ya había entrado a clases y mi miedo iba creciendo más, ¿En serio el primate se había perdido?, aunque no lo culpo el colegio es demasiado grande, aún así él debió aceptar mi ayuda.

— Señor Bondoni me informaron que un nuevo alumno vendría hoy pero no lo veo en ninguna parte, ¿Sabe usted dónde está? —

No sabía qué decir, un profesor me había dejado a cargo para mostrarle las instalaciones pero él rechazó mi ayuda, era tan fácil como decir eso Joaquín, pero sin embargo...

— Iré a buscarlo, con permiso —

Y así es como salí corriendo en busca del primate, ¿Dónde se había metido? Me metería en grandes problemas si al menos no lo llevaba a clases, ya suficiente había sido que saliera del salón sin autorización, ese primate me estaba trayendo muchos problemas, entre pensar y correr mirando a todos lados menos al frente choqué con una espalda, era más y nada menos que el mismísimo primate en persona, para mi sorpresa sentí alivio al verlo.

— ¡¿Dónde demonios te habías metido?! — Quería gritarle todas las malas palabras que mi mente creaba al instante y más cuando vi su cara sonriente.

— Señor mejor alumno— Dijo con sorna — Que sorpresa verlo por acá, pensé que con lo correcto que es ya estaría en clases, esto afectará sus notas, debería apresurarse a entrar —

— También afectará las tuyas y más si eres nuevo — Dije mordiendo mi lengua para no mandarlo a la mierda.

— Quería echarle un vistazo al colegio — lo miré con duda — Y comer algo —

— Estamos en el patio de gimnasia y no veo que tengas comida en tus manos — Reí con lo último, él se había perdido — ¿No será que te perdiste? — Me miró indignado, vaya al parecer si podía ser expresivo.

— ¿Perderme? Solo quería echar un vistazo al colegio nada más, señor mejor alumno — Le di una sonrisa de lado.

— ¿A sí? Pues sigue con tu recorrido, adiós — Y di media vuelta para irme.

— Espera, si estoy perdido, llévame al salón — Sonreí sin ganas, esta vez no sucedería como él quería.

— ¿Ahora si quieres mi ayuda? Pide por favor y lo pensaré — Él dio un resoplido y me miró serio, por un momento pensé que iba a gritarme.

— Por favor, llévame a clases —

Empecé a caminar y al ver que no me seguía volteé, lo miré como rodando los ojos como diciendo sígueme estúpido, llegamos a clases, el profesor me miró y después al primate, pensé que nos gritaría pero solo nos dejó entrar y siguió con la clase.

Escuché rugir el estómago del primate, me molestaba ya que no podía concentrarme, saqué el almuerzo que no había comido y se lo dí. Él solo me miró sorprendido para después empezar a comer, era entretenido verlo comer a escondidas del profesor, sin darme cuenta una risita salió de mí, y ahí es cuando caí en cuenta , yo nunca me había tomado tan en serio la petición de un profesor como hoy, y tampoco me había metido casi en problemas por alguien.