La Libreta De Samuel |•| Rubegetta

Dia 3

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El casi siempre esta acompañado de gente, no sabria muy bien como decirlo, pero el pertenece a un mundo en el cual  yo ya no encajo.

Algunas veces, las cuales son expresamente limitadas, me pide que lo acompañe a algun evento o a alguna salida.

Esto es algo que agradesco, si no fuera por el, seguramente no haria nada mas que estudiar y ver tonterias en internet todos los dias.

Sin embargo, cuando salimos, lo primero que hace es decirme que no me preocupe, que todo estara bien y que si me sentia incomodo podiamos irnos, la palabra clave es esa, "Irnos"  , me hace feliz de alguna manera, decirme que puedo irme seria casi correrme, sin embargo, cuando habla de el y yo, siempre lo hace asi, usando la palabra nosotros como si nos trataramos de una sola persona.

Y aveces me pregunto; ¿Porque?

Siendo yo tan apatico como suelo serlo, me pregunto que es lo que lo obliga a decirlo de aquella manera.

El es alegre, amable, divertido, el se ve vivo.

Yo en cambio, mori hace ya un par de años, ¿como es que puede siquiera ligarme a el mismo? Y entonces me entra miedo, miedo de que se trate solo de pena.

La misma pena que hacia que la gente murmurara "pobrecito" mientras me miraban con tristeza cuando llegaba a la secundaria, la misma pena que los hacia evitar a toda costa la palabra muerte.

Y entonces me digo a mi mismo; "Ruben no es igual".

Y aunque fuera igual a los demas, es lo unico que tengo, y aun si es por un sentimiento asi de penozo, quiero que se quede a mi lado.

—S.—

Cerro la libreta, recargandose en el incomodo sofa mientras soltaba un suspiro, miro las paredes blancas del hospital, y sintio un leve deja vu' que le provoco incomodidad.

—Samuel...— Escucho una voz tranquila, llamarlo y volteo la cabeza observando a su madre.

—¿Pasa algo mamá?—Cuestiono, sonriendole a la demacrada mujer.

— ¿Que haran papá y tu esta navidad? — Cuestiono la mujer, y Samuel se lo penso un momento.

—Queremos pasarla aqui contigo— Contesto de forma tranquila.

—Ruben no te habia invitado a pasarla con su familia?— Dijo la mujer confundida mirando a su hijo con leve molestia.—Deberias ir con el, tus aburridos padres ya estan muy viejos para pasar una navidad animada, anda— Le animo y Samuel solto una leve risa.

—Lo voy a pensar— Le dijo, queriendo calmarla.

— ¡Genial! Que escribias por cierto? — Le pregunto entre curiosa y juguetona.

—Solo era tarea...—.