Prologo:

18 1 0
                                    

Hace 10 años atrás:

Hoy lo volvería a ver, ya me estaba empezando a caer bien, aunque no sepa muy bien de él.

  Lo conocía desde los nueve, y no hablábamos mucho, y eso que nuestros padres nos obligaban, pero estábamos bien, así es la vida, ¿No? Estábamos viajando a Roma con él y su familia, todavía me resultaba como un completo extraño, pero el simple hecho de ello no me iba a arruinar el viaje.

  Ya habíamos llegado, Roma era hermosa, tal cual como lo había pensado o mejor. Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a visitar un museo que era enorme. Lo empezamos a recorrer, mientras escuchaba a mis padres y los padres del chico hablar:

-Ella no tiene elección, no es: un sí, o, un no-dijo la madre del chico que, para esa altura ya la llamaba Lili.

-Lo sé, pero es que, se que tenemos el deber de hacer que ella haga eso, pero lo aceptamos, sin pensar que no se llevan muy bien-dijo mi madre.

-Lo sé pero para ese entonces ya serán como mejores amigos, casi como novios.

-Eso espero Lili, eso espero.

Luego deje de escuchar ya que el chico se me había acercado a preguntarme algo.

-Hola-dijo el chico, deprimido.

Debía admitir, que aunque estar en Roma era hermoso, también estar con la misma persona todos los días no es muy lindo.

-Hola-le conteste-¿Por qué quieres hablar conmigo, casi nunca hablamos?

-Lo sé-dijo-Por eso, al ver que vamos a estar juntos por mucho tiempo, necesito saber tu nombre por lo menos.

-Summer-dije.

-Pero es invierno-dijo mirando el cielo. Reí.

-No, tonto Summer es mi nombre-dije.

-Ahh-dijo-Eso explica más.

-¿Y vos?-dije.

-¿Yo qué?-dijo extrañado.

-¿Cómo te llamas?-dije.

-Eddie-dijo.

-¿En serio?-dije, sin poder creerme el nombre.

-Bueno, Edward -dijo-Pero decime Eddie.

-Está bien-dije riéndome-Te voy a decir Ed o Edwie.

Seguimos hablando ese chico de ojos azules me empezó a caer bien.

Juntos recorrimos el museo riendo y bromeando, el era muy divertido, desde lejos siempre se veía tan serio. Me conto que nuestros padres se conocieron hace mucho tiempo y que habían arreglado algo juntos pero que no sabía que era, que en su escuela él era el que había repetido un año por andar de fiesta, y que de grande querría ser deportista, si era mucho pedir, jugador de futbol. También que le gustan los tatuajes y que cuando sea grande quiere tener una paloma de mascota. Ahhh y ya les conté que ama las zanahorias.

Vimos una estatua de una chica muy rara, creo que griega, y el quiso hacer una travesura, pero le salió mal. Lili y Edward, sus padres, lo encontraron justo cuando iba a hacerla.

Luego volvimos de vuelta al hotel, lo vi de perfil. Ese chico castaño de ojos celestes me había caído demasiado bien, sentía algo raro en mí cada vez que lo veía o lo oía hablar conmigo desde ahora.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora