Volver después de tanto tiempo...era algo demasiado raro y más aún cuando creía haber olvidado cada detalle de aquella vieja vida. Definitivamente me había acabado de probar que estaba en lo incorrecto, jamás había logrado olvidar un carajo. Lamentablemente todos y cada uno de aquellos recuerdos se mantenían vivos en alguna parte de mi ser. Para ser honesta era algo que me causaba mucha furia, pero a su vez, me hacían sentir de una puta manera indescriptible. Había dejado de ser aquella pequeña niña, ingenua, indefensa y lo mejor de todo...había logrado dejar todos aquellos sentimientos que me hacían sentir como una maldita mierda. No tenía ningún tipo de duda, era una persona completamente diferente . Se podría decir que no era de lo mejor y claro eso no era algo que verdaderamente me importara mucho, a decir verdad me valía un bicho. Desde el momento que decidí abandonar mi vieja vida todo tomó un giro diferente. No todo era perfecto y yo lo sabía mejor que nadie. Tenía sus consecuencias pero a mi simplemente no me importó mucho en aquel entonces. ¿Irónico? Pase un tiempo teniéndole miedo a un monstruo para al final yo terminar convirtiéndome en uno. Nuevamente... había llegado al lugar donde todo comenzó. Sonreí como tremenda estupida al recordar cada escena vivida en aquel lugar . No había borrado ningún detalle de aquella cabaña y al parecer el universo entero estaba en mi contra... la cabaña lucía exactamente como la última vez . Volví a sonreír, esta vez sintiéndome victoriosa, ya nada me causaba culpa y mucho menos remordimiento. ¿Cuánto tiempo había pasado para que me volviera tan fría? Esa era una excelente pregunta y la realidad era que fue justo en el momento en donde decidí convertirme en lo que soy ahora. Todo se volvió mucho más fácil cuando en cuestión de segundos apague mi humanidad. Había logrado apagar cada sentimiento que me hacía débil e inutil, para al final ser la puta perra que soy ahora.
-¿Bonitos recuerdos?- Mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz femenina a mis espaldas. Claramente sabía de quién se trataba . Sonreí de lado sin moverme de mi lugar.
-Finalmente me encontraste- Sin dejar de sonreír, me gire para encontrándome con la persona que imaginaba.
La escaneé de pies a cabeza sin ningún tipo de pudor y se puede decir que me sorprendió. Aun cuando gran parte de su apariencia física se mantenía intacta yo la notaba un poco diferente. En aquel entonces ella era mucho más pálida y delgada. Seguía conservando un buen cuerpo solo que ahora estaba un poco más bronceada. Su cabello rizado ya no era del mismo tono ámbar sino un rojizo intenso. Aquel brillo en sus ojos verdoso era algo que definitivamente siempre se mantenía intacto. A pesar de ser una persona ruda, nunca abandonó esa compasión por los demás. Todo lo contrario a mi. Una parte de mi se sentía feliz , a pesar del tiempo que había transcurrido, ella estaba justo enfrente de mi. Era casi imposible no sentir alguna emoción y es que es de las pocas personas que no me irrita ni me causa desagrado.
-¿Sabes? Si tienes hambre podemos ir a cazar, no necesitas mirarme como si fuera un aperitivo- Reí en voz alta por su comentario.
-No tengo tan mal gusto - Ella por su parte solo bufó ante mi comentario para luego romper el espacio que había entre nosotras dos y terminar rodeandome con sus brazos formando un cálido abrazo.
-Eres una maldita infeliz. Hacía tanto tiempo que no te veía- Simplemente asentí con mi cabeza, la verdad era que yo también la había extrañado muchísimo.
Luego de aquel pequeño encuentro y unas cuantas palabras cursi decidimos ir a caminar un rato. La cabaña se encontraba ubicada en un bosque muy lejos de la ciudad cosa que me encantaba. Todo se veía muy hermoso , los árboles y unas cuantas flores que crecían. La verdad es que estuvimos vagando sin rumbo un buen rato. Hablábamos de todo un poco y aun cuando yo no tenía mucho que contar me esforzaba. Mi vida se trataba de estar aquí , tal vez allí y si me aburría mucho, simplemente me largaba. No era persona de estar en un lugar fijo y mucho menos establecer ningún tipo de amistad con nadie. A decir verdad lo más cercano a una relación era esas veces que me pasaba un hombre apetecible y al final terminaba follando. Había olvidado por completo esa sensación de tener a alguien que fuera diferente a el resto. Había pasado tanto tiempo pero aun así, nuestra química seguía intacta. ¿Cuando fue la ultima vez que me senti comoda con otra persona sin estar teniendo sexo? Uff... ni siquiera recordaba. Las horas simplemente pasaron volando y nosotras seguíamos el mismo ritmo. Como cualquier tipo de amigas nos dedicamos a hacer muchas estupideces y al final terminamos riendo de nuestros propios comentarios sin sentido.
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Alma Impura
Science Fiction¿Se puede estar en el infierno sin tener ningún tipo de remordimiento? La realidad es que incluso las personas más devotas llegan a fallar. Hay tentaciones en este mundo que son difíciles de rechazar . Aun queriendo ser firme y manteniéndose alejad...