Soorim

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—Hola Hooni-Hyung —le dijo Soorim amigable.

—Oh, Hola Soorim.

—¿Vas de regreso a casa? —preguntó.

Hooni le respondió de que si, con algo de molestia en su tono y eso agarro desprevenido a Soorim el cual no estaba de buen humor que digamos.

—Si vas a estar con ese genio mejor hablamos luego —fue lo que respondió el rubio.

Hooni no tenía la intención de responderle mal a Soorim, solo que no tuvo un buen día así que es algo entendible que no estuviese de humor para hablar con alguien.

—Lo siento —fue lo único que pudo decir el pequeño Hooni al ver que lo había arruinado.

Soorim suspiro— bien ¿pasa algo?

Hooni no sabía que responder, si le decía la verdad probablemente lo deje como un debilucho que no sabe resolver sus propios problemas y recurre a los demás en busca de ayuda y, por esa misma razón decidió quedarse callado.

Soorim se encontraba ya algo molesto por la actitud que llevaba teniendo Hooni y sin pensarlo dijo— ¡¿Que!? ¿Acaso no me tienes confianza?

El pelinegro se exaltó ante esa reacción tan brusca que había tenido su "amigo"— No. No es eso...

Ni bien ya había terminado la frase, Soorim lo interrumpió de forma muy brusca— ¿Acaso crees que le diré a los demás?

Hooni se quedó en silencio.

—Sabes, hay días dónde no te soporto, eres tan...—y ahí es dónde dejó de hablar pues se percató que su mal humor estaba haciendo sentir mal al chico que decidió que iba a proteger.

Hooni estaba llorando tras escuchar esas palabras provenientes de aquel que se hacía llamar "amigo". No soporto más y estalló— ¡No creo que entiendas lo que me pasa, después de todo siempre has tenido una vida perfecta, llena de lujos, sin preocupaciones. Alguien privilegiado como tu no sabe lo que es sentir estar hasta el Fondo, con una deuda infinita y con todo el mundo en tu contra! —grito aquel pequeño, lleno de ira y frustración para después irse corriendo del lugar.

Soorim extendió su mano hacia Hooni mientras salían una palabra de su boca— espera, Hooni...

Hooni pudo escuchar esas palabras así que solo se limitó a decirle— ¡No me hables, no seas un maldito hipócrita!

Soorim se quedó ahí parado, analizando lo que había ocurrido y rogando que Hooni no fuera a hacer una estupidez por tanto enojo que traía acumulado.
Y fuera así como el pequeño Hooni y su compañero Soorim dejaron de hablarse durante varios días. Quién diría que una pequeña acción puede desencadenar una catástrofe.

Finalmente •Suicide boy•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora