Era la última en salir del instituto.
Todos se habían ido.
Si no fuera porque me habían castigado, yo ya estaría tranquilamente en mi casa.
Suspiré, frustrada.
De repente, noté una mano en mi hombro.
Y todo se volvió negro.
Me desperté, respirando agitadamente.
No veía nada.
Me levanté y di un par de pasos, hasta que me choqué con una pared, y empecé a buscar con las manos el interruptor.
ー ¡Bingo! ーexclamé, presionándolo.
La luz me deslumbró durante unos segundos, hasta que mis ojos se acostumbraron a su intensidad.
Un almacén.
Me encontraba en un almacén.
Bueno, almacén, conserjería... El caso era que yo no debería estar allí.
Me acerqué a la puerta e intenté abrirla.
Cerrada.
El miedo se apoderó de mí, y empecé a aporrear la puerta.
ー ¡Ayuda! ¡Sacádme de aquí!
Me detuve de pronto al escuchar una voz al otro lado.
ー ¿Hola?
Una chica.
ー ¡Hola!
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Encerrados
Teen FictionEllos han despertado pero, ¿por qué están allí? ¿Por qué están ENCERRADOS?
