Un sueño

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Andrés camina por el pasillo del monasterio que conduce a la sala donde planeaban el atraco.

Al llegar se encuentra con un escenario inesperado e inimaginable: su hermano, Sergio, y Martín, a centímetros uno del otro.

Cuando el de gafas se inclina hacia el ojiazul para cortar con la distancia...

Andrés despierta.

Se sienta en la cama de un salto, agitado por lo sucedido.

Mira a su derecha y ahí lo ve, durmiendo tan plácidamente al hombre que jamás lo traicionaría.

La sábana blanca que cubre desde sus pies hasta su cintura baja y su espalda descubierta con sus detalles iluminados por la luz de la luna.

Se dió cuenta de que todo fue un sueño.

Su mente se despertó a tiempo.

Es incapaz siquiera de inventar como su amado lo traicionaría.

Su respiración se regulariza y vuelve a acostarse, no sin antes inclinarse hacia su esposo para abrazarlo y así dormirse.

Martín, extrañamente, se alerta de esto.

-¿Qué pasa Andrés?- susurra adormilado.

-Que te quiero- le responde.

-Si, yo también- dice y se voltea para seguir durmiendo, sin deshacer el agarre de su marido.

A la mañana siguiente...

Andrés está terminando de servir el desayuno.

Aparece Martín.

Va hasta donde se encuentra su pareja para saludarlo con un pico de buenos días para después pasar por detrás suyo pellizcándole el culo.

Ambos ríen y se sientan en la mesa listos para desayunar.

-Esto te lo he traido para ti- exclama Andrés señalando un frasco de dulce de leche, típico de Argentina, claro.

-Es que ví que se había acabado el otro- continúa hablando.

Martín le sonríe con ternura.

Andrés sirve café para ambos, primero para Martín y luego para él mismo.

-Hay algo que debo decirte- expresa nervioso Fonollosa.

-¿Mm?- murmura Berroti.

El español rasca su nuca.

-Ayer he tenido... Un sueño-

-Claro Andrés, como todos los seres humanos, cada noche soñamos.-

-Esto es en serio, Martín-

-A ver, ¿qué pasó boludo? ¿Qué soñaste?-

-Anoche soñé que tú... Y Sergio... Que tú y Sergio os liabais-

Martín, que le dió un sorbo a la taza de café, lo escupe debido a la risa que le provocó la "confesión" de su esposo.

Limpia sus labios.

-¡Que asco boludo! ¿¡Sergio y yo!?- exclama divertido el argentino.

-S...Si...- dice, aún nervioso, el mayor de ambos.

-Andrés, sabés que jamás te traicionaría-

Andrés asiente.

-Y menos con tu hermano- bromea.

-Si... No sé qué me imaginé. De verdad-

-No pasa nada, así como nadie elige de quién enamorarse, nadie elige que soñar, tranquilo.- habla Martín y le da una caricia al dorso de su mano.

Las entrelazan.

Se miran y se sonríen, dos locos enamorados.

Se disponen a desayunar cambiando de tema y dejando que la conversación fluya...

Pero en la cabeza de Andrés sigue presente una frase:

"Nadie elige de quién enamorarse."

Y está claro.

Si él pudiera haber elegido, se hubiera enamorado mucho tiempo atrás de quien era su mejor amigo, y su alma gemela.

Pasó tanto tiempo lejos de él.

Si, convivían y se veían todos los días, todo el día.

Pero piensa que eso no le sería suficiente actualmente y no puede entender como vivía antes de ser la pareja de Martín.

"Qué fácil sería la vida si pudieramos elegir de quien enamorarnos."

Vuelve a la realidad dándose cuenta que hace un par de minutos había dejado de escuchar a su esposo por lo que sólo se dedicó a asentir a todo lo que le decía.

Ya podía estar diciendole que volverían a meterse en el Banco de España, que él accedía.

Así de mucho confiaba Andrés en Martín, era capaz de asentir a todo lo que le decía sabiendo que jamás saldría perjudicado.

Ay... Cuánto que tardó en enamorarse de él, o en admitirlo...

Pero lo hizo, y ahora se siente el hombre más afortunado del mundo.

Aprendió, o mejor dicho, aprendieron a confiar y a amar de verdad...

Son amantes.
Son amados.
Ambos.
No uno u otro.
Los dos son ambos.

Son la mejor relación que hayan tenido, con mucho bum bum pero sin ciao.
Y, por sobre todas las cosas, con mucho amor.
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Pequeño one shot que se me ocurrió hablando con Ali, mi soulmatecita, a quien se lo dedico♡
Espero que les haya gustado ❤️

Nadie elige de quien enamorarse-BerlermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora