La Navidad es la mejor época del año para los negocios en el Crooked
Raven.
He tenido mi bar desde que tenía veintidós años, heredado de mi
viejo. Es nuestro aniversario de los diez yenes este año y esta noche es la
víspera de Navidad. No es un tiempo muy ocupado del año por lo general,
pero esta noche parece que va a ser una locura con todo el bombo sobre
Crooked Raven difundiéndose por la ciudad.
—Nada —suspiro, dejando la pila de fotos boca abajo contra mi
escritorio—. En serio, estas chicas estarían mejor audicionando para
America’s Next Top Model que como camareras aquí, Darren.
—Lo siento, jefe. —Me sonríe—. Encontraremos lo que estás
buscando.
—¿Una chica que no crea que Moscow Mule18 es un nombre de
stripper? —gruño—. Sí, veremos. —A decir verdad, mis esperanzas no
son demasiado altas, hemos estado buscando una nueva camarera para
la barra durante dos semanas. Y simplemente no me veo contratando a
alguien que se irá en tres días para trabajar como modelo o algo así.
—Voy a volver a mi turno —dice Darren con un guiño—. ¿Revisarás
esos primeros planos de nuevo, Harry?
—El hecho de que una camarera aspirante tenga primeros planos es
preocupante —me quejo para mí y asiento para que se vaya de la
habitación. Me levanto de la silla y camino a la pequeña zona de bar que
he puesto aquí. Me sirvo un Jameson y disfruto de la quemadura lenta
del líquido a medida que se desliza por mi garganta.
Hay un pequeño golpe en la puerta, y me giro hacia ella.
—Adelante —digo en un tono no muy amigable. El pobre diablo del
otro lado de la puerta ni siquiera sabe lo que le espera.
—¿Señor Styles? —Una pequeña rubia mira a través de la apertura
de la puerta, solo un poco—. ¿Le importa si entramos?
—¿Nosotros? —pregunto, levantando mis cejas, y ella asiente. Clara
es una de mis más nuevas camareras, pero ha demostrado ser digna de
su reputación. Es una chica dulce, y la he visto darle a Darren unos
serios ojos de fóllame, por lo que a pesar de que es guapa la estoy dejando
estar. Mi amigo se dará cuenta tarde o temprano que ella va tras él, y no
quiero estropearle la diversión.
Clara abre la puerta completamente y me detengo en seco. Si pienso
que ella es bonita, la chica a su lado ahora me quita el aliento. Es una
maravilla, me recuerda a esas nenas de la playa que solía ver en vigilantes
de la playa. Toda sensual, con largo cabello castaño oscuro y ojos grises
brillantes. Piernas kilométricas, tetas que moriría por tocar y una
estrecha cintura que hace algo jodido con mi cabeza... Sí, la chica es
impresionante, y me he dado cuenta demasiado tarde de que me he
quedado mirándola.
—¿Puedo ayudaros? —Trato de compensar la mirada con la rudeza
en mi voz, pero la morena parece saber exactamente donde ha ido mi
mente sucia, mientras me sonríe con sus cejas elevándose. Pequeña cosa confiada, entonces. Esas son las más divertidas de follar.
—Sí, esperaba que pudieras —dice Clara en voz baja—. Ésta es mi
amiga Brooke Addison.
—Hola, señor —responde, y su voz es atractiva como la mierda. En
realidad, hace que mis pantalones se estiren, y meto una mano en mi
bolsillo para con suerte ocultar lo que mi polla traidora está haciendo—.
Encantada de conocerte.
—A ti también, Brooke y llámame Styles... o mejor aún, Harry. —
Aunque Señor tiene un buen sonido en tus labios, subrepticiamente agrego
en mi mente, pero no lo digo en voz alta. Sólo me muerdo la lengua y le
doy una sonrisa descarada. A juzgar por sus ojos brillantes, sabe
exactamente lo que quiero decir. Me gusta esta chica—. ¿Qué os trae a
mi oficina, señoritas?
