Mi nombre es Diane, soy mexicana, tengo 19 años y estoy cursando la carrera de medico forense, soy estudiante de intercambio, me encuentro en un vuelo de camino hacia los Estados Unidos, más específicamente hacia Forks, un pequeño pueblo cuyo cielo está nublado la mayor parte del tiempo... pasare todo un año con mi tía Beil y su hija Zoe la cual es un año mayor que yo y aún que es un poco pesada y presumida, creo que podremos llevarnos bien.
Después de unas horas, la azafata me saca de mis vagos pensamientos, avisándome que el avión ya aterrizó y que es momento de bajar. Por último, la señorita se burla de mi ya que soy la última en bajar del avión; al salir del aeropuerto veo que mi tía me está esperando recargada en su camioneta FORD color gris seminueva.
- Hola hija, ¿Cómo te fue en tu viaje? - me pregunta la tía Beil.
- Bien tía, un poco pesado- contesté con un suspiro.
Mientras mi tía subía mis maletas al auto, siento una mirada fría e intensa en la nuca, pero al dar la vuelta solamente veo a una gran cantidad de personas moviéndose de un lado a otro hasta que por fin decido subirme al auto. Mientras miro por la ventana mi tía enciende la radio haciendo que se escuche de fondo la canción Wake me up de Avicii, cuanto más nos movemos en una pequeña carretera que parece infinita lo único que veo son unos enormes pinos mientras que la niebla asciende poco a poco, es un poco aterrador ya que parece una escena de miedo, como si te fuera a salir un espíritu o un zombie, o como una escena del crimen en donde la muerta probablemente sería yo.
Después de unos 20 minutos llegamos a la casa de la tía Beil, tras abrir la puerta del auto y asomarme un poco, veo que es una casa de dos pisos, ni muy grande ni muy pequeña, parece estar hecha en su mayor parte de madera, esta pintada de color blanco, pero se nota que hace mucho no le han dado mantenimiento, cuenta con un picaporte bastante amplio el cual tiene una hamaca Congo Vanessa y una pequeña mesita de cristal, me quedo un rato observando los detalles de la casa, incluso me tropiezo con un pequeña piedra en el suelo, pero recupero la postura como toda una diva.
- ¿No vas a entrar? - me pregunta la tía Beil con una pequeña risa por mi acción descuidada.
Asiento con la cabeza y me dirijo hacia la entrada de la casa, al ingresar en ella me encuentro con Zoe, mi prima, la cual permanecía sentada en el sofá más grande de la sala viendo televisión, al verme esboza una gran sonrisa y se dirige hacia mi.
- Hola Diane, ¿Cómo has estado? - me pregunta mientras me abraza. Tengo que admitir que huele a frutas.
- Bastante bien- respondo una sonrisa nerviosa
Mi tía interrumpe la charla.
- Diane, tu habitación se encuentra justo a lado de la de Zoe en el segundo piso.
Sin tiempo a dar las gracias, Zoe me toma de la muñeca llevándome hacia mi nueva habitación.
- Esta será tu habitación- dice Zoe emocionada y con una sonrisa.
- Muchas gracias- le devuelvo la sonrisa
- Bueno, avísame si necesitas algo- Se va de la habitación cerrando la puerta tras de ella dejándome sola.
La habitación parece acogedora, cuenta con una ventana no muy grande pero lo suficiente para escapar, pero deja entrar suficiente luz con unas cortinas cortas de color azul celeste, hay una cama matrimonial la cual ya tiene sábanas, almohadas y colchas limpias, las paredes están pintadas de un lila muy tenue, un tocador con espejo que da hacia los pies de la cama, un pequeño buro que se encuentra a un costado de esta y del otro lado de la cama hay un gran armario blanco de puertas corredizas.
- vaya que les entusiasmaba mi llegada- digo en voz baja y con una sonrisa.
Me dediqué a desempacar y acomodar mis cosas personales en la habitación para sentirme más cómoda, me enfoqué tanto en no dejar nada en mis maletas que sin darme cuenta ya había anochecido.
Me asomó por la ventana la cual al parecer da hacia el patio trasero, hay unas cuantas casas a los lados, pero al mirar hacia enfrente se observa un espeso bosque, y al mirar hacia arriba sin las luces de la gran ciudad hace que se puede apreciar un hermoso cielo estrellado, es difícil pensar que este paisaje de miedo con esas luces hermosas; pero al percatarme de la oscuridad que envuelve el bosque y de las posibles aterradoras escenas que pueden pasar, como acto involuntario tiemblo.
- Ya vamos a cenar- toca Zoe la puerta interrumpiendo mis pensamientos.
- Si, en un momento bajo.
Al llegar a la parte de abajo me encuentro a la tía Beil colocando los platos en la mesa.
- Toma asiento- me dice la tía Beil señalando una de las sillas del comedor.
- ¿Qué vamos a comer? - Pregunto con entusiasmo
- Ordene pizza, espero que no te moleste- contesta la tía Beil un poco nerviosa.
- Por supuesto que no me molesta-respondo aún más entusiasmada.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Después de casi devorarme toda la pizza y beber demasiada soda me inunda un sueño profundo y se intensifica al recostarme en el sillón para ver un programa con Zoe sobre un reality en unas vacaciones.
- ¡Que cuerpazo tienen algunas! – replico Zoe mientras bebía de su vaso
- Lo sé, me hacen desear un suggar para pagar esas cirugías de culo – dije y ambas nos echamos a reír.
Para ser sinceras Zoe era bonita y tenía un gran estilo, creo que de las dos ella era la que más llamaba la atención de los chicos.
- Creo que iré a dormir a mi habitación Zoe, hasta mañana. – dije despidiéndome y bostezando.
- Claro, descansa y sueña con muchos angelitos. – me dijo levantando ambas cejas en señal sucia.
- Si... aja... – dije mientras me alejaba riendo.
- Oye! Mañana iré sentada a un lado de Zulema y no voy a poder irme contigo en el autobús. – me grito mientras que yo subía por las escaleras
- No te preocupes ya veré que hago. – le grito antes de entrar a mi habitación.
No sé por qué, pero al recostarme y mirar al techo solo se me venía a la mente esa mirada que sentí al subir a la camioneta de la tía Beil, nunca sentí algo parecido, es como si fuera una pequeña presa y estaban a punto de cazarme o algo parecido. Y así mis pensamientos se fueron ahogando en un profundo y tal vez aterrador sueño...
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Corvus
Teen FictionQue es lo que pasa cuando te das cuenta que el destino planeaba algo diferente para ti de lo que tu esperabas... y que el mundo no es lo que tu conoces, que las personas no son lo que pensabas, que incluso la persona que menos soportas en el mundo s...