treinta y dos

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Las puertas del ascensor se abrieron y Kelsey bajó de este para adentrarse en la espaciosa sala de Justin

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Las puertas del ascensor se abrieron y Kelsey bajó de este para adentrarse en la espaciosa sala de Justin. Frunció el ceño al notar que no había señales de este, esperaba verlo allí ya despierto. No era común que estuviera durmiendo pasadas las diez de la mañana.

—Cariño —lo llamó esperando encontrárselo en la cocina, pero tampoco estaba allí—. ¿Dónde estás idiota? —susurró.

Kelsey chilló asustada cuando sintió que unos fuertes brazos rodearon su cintura y su espalda chocó con un fornido pecho. Bajó la mirada para ver como los brazos venosos y tatuados de Justin la apretaban para pegarla más a él.

—He encontrado una intrusa en mi cocina —susurró Justin en su oído y lamió el lóbulo de su oreja provocando que Kelsey se estremeciera.

—Detente —pidió en un hilo de voz mientras tomaba las manos de Justin para entrelazar sus dedos.

—¿Por qué? ¿Acaso te pongo nerviosa? —susurró Justin sobre su cuello.

—Te has levantado juguetón Bieber —respondió Kelsey riendo.

—Como no tienes idea cielo —respondió a la vez que presionaba su erección mañanera contra el trasero de su novia.

Kelsey no pudo evitar soltar un gemido. Justin siempre lograba encenderla en pocos segundos. 

Negó con su cabeza y se volteó quedando frente a frente con Justin. Este le dedicó una tierna sonrisa y tomó sus mejillas para plantar un beso en sus labios.

—Buen día cielo —susurró sobre sus labios haciendo que su aliento a menta chocara contra el rostro de Kelsey.

—Buen día —respondió esta y lo abrazó—. ¿Listo para el gran dolor de cabeza que nos espera hoy? —preguntó riendo.

—Aún sigo preparándome mentalmente —soltó una carcajada.

—Si yo puedo con treinta niños todos los días, nosotros podremos hoy con tan solo dos niñas —alentó Kelsey y dejó un beso en su nariz.

Ese día era sábado, así que en unas horas llegaría Avalanna para pasar la semana con su padre. Pero también iría Olivia, la pequeña sobrina de Kelsey, para compartir todo el fin de semana juntos en una especie de pijamada.

Avalanna ya se había enterado que ellos habían comenzado una relación seria y lo había tomado muy bien, tanto que a Kelsey le sorprendió. A Justin no tanto porque recordó aquella vez que su hija había mencionado que quería que ellos fueran novios. Además, todos se habían enterado por las redes. El video de ese día en el Madison Square Garden se había hecho viral ya que a muchos les pareció un gesto hermoso lo que Justin había preparado para su novia. Y sorprendentemente Jessica no había dicho nada fuera de lugar sobre la noticia, al parecer había aceptado que no podría recuperar a su ex esposo.

—Lo bueno es que estarás tú para ayudarme y este departamento no será un desastre —dijo Justin mientras repartía besos por todo su rostro. 

Teacher ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora