Capítulo 6

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"¿Piensas volver algún día?", preguntó Izuku.

"No lo sé, no estoy teniendo buenas ideas últimamente...".

"A veces solo debes dejar que fluuuuya".

"¿Con quién estás hablando?", preguntó Uraraka, quien recién llegaba de hacer sus compras a la sala común de los dormitorios. "No veo a nadie...".

Izuku carraspeó y se levantó del gran sofá. Inspeccionó con detenimiento las bolsas que traía Ochako.

"¿Mochi de nuevo? ¿En serio?".

"Hehehe...". Uraraka corrió hacia la cocina con sus bolsas, como olvidando de repente por completo el haber visto al chico que le gusta hablando con la nada como si fueran amigos de toda la vida.

"Me pregunto si...". Izuku alzó las manos hacia adelante, creando un par de guantes. No lo había probado antes, pero podía crearlos para que aparecieran ya puestos, lo cual era muy práctico en realidad. "Estos me gustan".

Salió del edificio de los dormitorios y lo rodeó hasta la parte trasera.

"Más feo que un refrigerador".

Estuvo a punto de cometer una locura, pero se percató que había alguien cerca. De hecho, no era que tuviese un sexto sentido desarrollado ni mucho menos, era que la otra persona no sabía ocultarse. Tanto así que literalmente estaba observándolo con binoculares desde un arbusto, con la mitad del cuerpo descubierto.

"Um... ¿Melissa?".

La chica rápidamente lazó los binoculares y se acercó velozmente al chico, como si nada hubiera pasado.

"¿Por qué estabas-?".

"Hola Izuku-kun".

"Pero-".

"H O L A, I Z U K U – K U N".

Izuku suspiró, se dio completamente por vencido.

"¿Qué se te ofrece hoy?".

"¿Está tu amigo Todoroki-kun?".

"¿No iba a estar contigo hoy?".

"Se suponía que sí, pero no apareció...".

Izuku sacó su teléfono y marcó a Todoroki. Usualmente no habría hecho caso, pero dejar plantada a una mujer era un acto imperdonable —según el autor—.

El tono sonó unas tres veces.

"¿Hola?".

"Todoroki-kun, ¿dónde estás?".

"Estoy donde se supone que me encontraría con Melissa, pero...".

"¿Pero...?".

"De hecho nada, llevo un par de horas esperando".

Izuku cortó.

"Etto... Melissa".

"¿Sí?".

"No se te olvidó el lugar de la cita de nuevo, ¿verdad?".

Melissa se quedó en silencio, completamente congelada. Ni siquiera miraba a los ojos a Izuku.

"P-Puede ser que tal vez se me haya olvidado dónde queda el centro comercial...".

Izuku se masajeó las sienes. Había estado junto con Ochako toda la tarde del domingo pasado el centro de la ciudad para que algo así no volviera a ocurrir. De hecho, se aseguraron de que no se le olvidara marcando un mapa gigante desde la casa de Melissa hasta el centro comercial. Paso por paso.

Midoriya Izuku quiere una vida pacífica | BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora