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Empire State Building

____ POV

Después de que mi tío terminará su sermón con una frase motivadora, mi tía llamó al médico personal que fue esa misma tarde hasta el departamento para revisarme, desde su punto de vista dijo que estaba clínicamente sana, pero a pesar de que físicamente me veía bien, mentalmente no era así.

Después de mis pequeñas vacaciones en las cuales la mayoría del tiempo estuve durmiendo hasta altas horas de la tarde; regresé a la escuela, la profesora Darla se negó a darme una segunda oportunidad para volver a realizar el examen, eso significaba que tendría que intentarlo en el último trimestre, ella volvió a recalcar que no había sido yo quien escribió el ensayo de los agujeros negros, sin embargo, yo seguía insistiendo lo contrario. Los demás profesores entendieron perfectamente por lo que estaba pasando y decidieron ser empáticos conmigo, pero eso no me quitó la carga de tarea que aún llevaba casa. A pesar de todo, decidí no contarle a mis padres lo que sucedió porque no quería preocuparlos por algo tan simple.

El viernes después terminar mi día en Industrias Stark, recibí una llamada de Alison.

*Inicio de llamada*

Alison: ____, ____, ¿dónde estás? –preguntó con un tono de voz que revelaba lo ansiosa que estaba–

____: Camino de regreso a casa ¿por qué? ¿Pasó algo?

Alison: ¡¿Qué sí paso algo?! Claro que pasó algo.

____: No me asustes, dime, ¿qué sucede? –pregunté preocupada, odiaba los rodeos cuando se trataba de dar alguna noticia–

Alison: ¡Ay!.. Es que no puedo hablar. –su tono de voz fue nervioso–

____: Ya, dime. –hablé exasperada–

Alison: Ya llegó mi carta de aceptación, ¡iré a Columbia! Fui aceptada. –dijo gritando debido a la emoción, tuve que apartar la bocina de mi oído por algunos segundos–

____: ¿Qué? ¿Ya llegaron las cartas? –me detuve en medio de la acera–

Alison: Siiii, te veo el lunes, les diré a las demás. Oye, oye, que no se te olvide avisarnos si fuiste aceptada.

           *Fin de la llamada*

Al finalizar la llamada, corrí lo más rápido que me era posible para llegar a la recepción del edificio, tomé mis llaves y caminé al área que tenía la función de ser un buzón, pues cada departamento contaba con su propio espacio para recibir sus cartas, ni siquiera podía meter la llave dentro de la cerradura, hasta que respiré profundo y abrí la pequeña caja, saqué toda la correspondencia que había, carta tras carta, pero me detuve cuando leí mi nombre en una de ellas, observé el sobre de color mármol y sin preocuparme en maltratar o no el sello postal, procedí a leer rápidamente el contenido.

“Estimada ____ Jones es un gusto... Blah, blah, blah, no me interesan sus saludos”

“Informar que ha sido aceptada para estudiar en nuestra universidad”

Hice lo mismo con las cartas restantes y en todas decían lo mismo: ha sido aceptada para estudiar en nuestra universidad. La noticia no logró realmente alegrarme, sino confundirme, no sabía que decisión tomar: ir a Columbia, California, regresar a Chicago o elegir el camino de la música.