La culpa en nuestras estrellas.

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Existen muchas personas enfermas y marginadas, incluso invisibles a nuestros ojos, que luchan por no perder la cordura o incluso vivir. Hay personas que al contrario de Shakespeare, tal vez tienen derecho a decir: "¿Por qué a mí? ¿Qué mal he hecho yo? Las estrellas me han maldecido". Los dos chicos (Hazel y Augustus), a pesar de ser enfermos terminales, no pierden ese sentido del humor adolescente y la duda por inquietantes preguntas existenciales; porque que sería de ellos al borde y cúspide de su vida ¿sin algo de drama exterior a su enfermedad? ¿Qué más da pasar los últimos indicios de vida riendo y en busca de un "por qué" insaciable?

A menudo nosotros mismos olvidamos quiénes somos y lo remplazamos por lo que hemos hecho, logrado o simplemente perdido en la vida; solo necesitamos alguien que nos lo recuerde.

Queremos ser reconocidos y recordados -como miedo al olvido o a la invisibilidad ante la sociedad o grupos importantes (aunque solo sea un estereotipo)- olvidándonos de que el único ente al que hay que complacer habita dentro de nosotros. Queremos satisfacer al mundo y no nos conformamos con el amor que ya tenemos, también olvidamos amarnos a nosotros mismos, porque si nosotros no lo hacemos ¿quién acaso nos amará tanto como podemos hacerlo nosotros?

Hay cosas simples que marcaron nuestra infancia, que no recordamos al cubrirse con los problemas que la complejidad de la madurez nos acarrea, no notamos que aún hay cosas pequeñas, torpes y simples que pueden hacernos felices un instante. Para no retorcernos ante el dolor y la desgracia que no valen la pena sentir, por más duro que el problema pueda ser.

El universo quiere ser observado es una de mis frases favoritas, es tan cierta como el aire que podemos respirar y tan metafórica como el colocarse un cigarrillo entre los dientes sin encenderlo jamás; tal vez no se refiere a que hay personas desconocidas viéndonos desde las estrellas, sino a que todo en esta vida puede ser hermoso y maravilloso si quieres verlo, y que nosotros mismos siempre buscamos ser admirados o amados por los demás.

Es la cosa sobre el dolor, demanda ser sentido es una muestra de la fuerza de personas que realmente -y no como nosotros, actores de una dramática típica vida adolescente- siguen luchando a pesar del dolor; frase que he cambiado a: Es la cosa sobre el trabajo, no puede ser fácil, o más bien: Es la cosa sobre la lucha, demanda sacrificios.

Al final tal vez el mensaje más fuerte de toda esta historia es el momento y el amor, disfrutar al momento con el poco o mucho amor que una pueda obtener. No se puede elegir todo en esta vida -la culpa puede arrojarse a nuestras estrellas- pero hay algo que sí, No puedes elegir si serás dañado o no, pero si puedes elegir quién te daña, quién te daña cuando lo amas, porque amor es destruir y ser destruido, como una granada que busca explotar. Y aunque duele el amor, hay veces en las que el dolor vale la pena por los pequeños instantes de felicidad. Amor es apoyar hasta el final, aunque la otra persona ya no parezca ser quien tu amaste. La vida está hecha de presentes, no pasados, ni futuros; solo vive, mientras puedes, y sé feliz.

"Hay infinitos más gran que otros infinitos" y querido lector, gracias por tardarte este pequeño infinito en leer lo que pienso.
Me gustan mis elecciones, me gustan.
Abigail Cisneros Marín.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2015 ⏰

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