|| Butterfly ||

Capítulo único

-Camila, por favor necesito una respuesta- la voz del pobre chico sonaba desesperada, estaba angustiado por la situación. De verdad necesitaba la respuesta de su futura esposa.

Dependiendo de la decisión que tomara Camila, sus vidas cambiarían por completo.

Camila estaba sentada en la punta de la gran cama matrimonial, brazos cruzados en su pecho, su mirada en el suelo, mordiéndose inconscientemente el labio inferior pensando en si de verdad tenía una respuesta.

Su cabeza rondaba por varios escenarios, escenarios que a veces deseaba no tener.

Se sentía bien y mal todas las sensaciones que tenía al pensar en aquella persona. Esas sensaciones que sentía estaban mal.

No podía engañar a su futuro marido, tampoco podía engañar a las mariposas que aparecían en su estómago cada vez que sus labios chocaban con los de su chica favorita.

Su cabeza volaba hacia aquellos escenarios prohibidos.

Recordaba todas los momentos que estuvieron juntas.

Aquella chica la volvía loca y lo sabía.

El simple hecho de pensar en ella las mariposas enloquecían en su estómago. Camila las quería quemar, engañandose a si misma que ella no estaba completamente perdida por aquellos ojos, aquellos labios, por aquél cuerpo, por su cintura, por sus pechos, por su trasero.

Quería engañarse a sí misma.

Pero el corazón quiere lo que quiere.

Y el de ella quería a Lauren.

-¿Camila?-

La pobre chica aún seguía distraída, mirando a la nada pensando en todo lo que ocurría en su cabeza. Siempre evitaba pensar, solo vivía ignorando todo lo que ocurría.

-¿Estás bien?- Camila suspiró y le entregó una dulce sonrisa como respuesta -¿Quieres hablar?-

-¿De qué?- preguntó mirando sus mangas sucias por la comida, debía de dejar esa manía de limpiarse con la ropa, manía que tenía desde que tenía uso de memoria.

-De lo que ocurre en tu cabeza-

Camila desvió su mirada de sus mangas sucias y miró directamente los ojos de la chica que la volvía loca.

Lauren estaba más que hermosa, en su rostro no había una sola gota de maquillaje, Camila podía admirar su belleza natural toda su vida, llevaba un camisón que cubría hasta sus rodillas, era de tiritas y de color negro. Era un simple camisón, pero le quedaba hermoso.

Todo le quedaba hermoso a su chica.

Lauren la seguía mirando, expectante por alguna respuesta por parte de su amante.

Camila solo pensaba en su futuro marido al cual su cabeza juraba que amaba, pensaba en él porque sabía que lo que hacía estaba mal. Lo estaba engañando.

Ella misma se estaba engañando.

Cada vez que pensaba en su futuro marido las mariposas no parecían volar alocadamente, solo volaban y volaban, sin ninguna emoción.

"¿De verdad estoy enamorada?"

Ella creería que sí, pero no estaba segura de quien.

-No tengo nada para decir- habló simplemente sin mirar los ojos cristalizados de su amor.

Sabía que a uno de los dos rompería el corazón, pero ella tampoco quería salir lastimada.

Solo quería amar y ser amada.