Chapter 4

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Una nueva misión estaba por comenzar. Después de tres meses de haber sido "adoptados" por el jefe de la Port Mafia, tendrían una misión muy peligrosa de donde quizás no saldrían vivos o completos de cuerpo.
No se trataba de un enfrentamiento ni nada parecido, sino, que era una de esas veces en las que debían salvar a la Ciudad de un caos enorme que también afectaría a la mafia.
Tendrían que desactivar 200 bombas programadas para distintos horarios de explosión que todos, incluso la mafia y los oficiales de policía de Yokohama, desconocían. Se le dió el trabajo a la mafia de desactivarlas para que ningún integrante de la justicia resultara herido de gravedad o perdiera la vida en su trabajo. A nadie le importaría si un mafioso perdía la vida en esa misión, por eso los arriesgarían de esa manera.

Mori había pedido a Dazai (líder), Chuuya (ejecutivo), Odasaku (rango más bajo) y a los subordinados de Dazai, ir a cumplir con esa misión por el bien de Yokohama, mientras él se "haría cargo" de Ryūnosuke.

Se encontraban en el lugar de las bombas, debían encontrarlas y desactivarlas antes de que explotaran las más potentes al mismo tiempo y provocaran una catástrofe.

— Sean cuidadosos al momento de separarse y buscar. Puede haber bombas hasta donde estén pisando. Quiero las mínimas fallas posibles. ¡Ahora, comiencen!

Ordenó el castaño, quien era observado y admirado por Chuuya cuando empezaba a dar órdenes a sus subordinados. Lucía bastante atractivo desempeñando su papel como líder, aunque él mismo (Dazai), no estaba satisfecho con la manera en que llevaba su vida. No era feliz. Él sólo quería encontrarle significado a su vida y vivir en el otro mundo: la muerte, junto con su hijo. No le importaba más.

Los subordinados de Dazai, comenzaron su búsqueda, alejándose y siendo cuidadosos, como su líder les había aconsejado. Oda iba con ellos.

— Chuuya, ¿no piensas obedecerme? Eres mi subordinado aunque seas un ejecutivo. ¿Qué estás esperando?

Preguntó con seriedad y brazos cruzados, observando fríamente al pelirrojo. Ambos habían cambiado su antigua personalidad.

Dazai ya no era el tipo molestón y juguetón con Chuuya, lo ignoraba más y no demostraba ni siquiera interés en hablarle. Sólo tenía en sus pensamientos a todas esas 88 personas que había asesinado a sangre fría al entrar en la Port Mafia. Con Ryūnosuke también cambió un poco, era menos cariñoso con él, pero lo seguía amando como siempre, después de todo era su hijo. Sólo con Odasaku se había vuelto una persona que demostraba su verdadero ser, pero a veces, hasta al mismo Oda le daba miedo Dazai.

Por su parte, Chuuya ya no sentía tanto odio hacia el castaño ni hacia el niño. Ahora le daba lástima, le preocupaba el nuevo Dazai, y en cómo terminarían las cosas. Sin darse cuenta, había comenzado a desarrollar sentimientos "anormales" hacia el de vendas, pero él mismo se los negaba, ¿Cómo podría enamorarse del tipo que tanto ha odiado toda la vida? Era algo prohibido para él que nunca le diría a Dazai.

Mientras que ellos trabajaban en su peligrosa misión, Mori había llevado a Ryūnosuke con la familia Akutagawa, de visita, como cada mes. El señor Akutagawa había abandonado su trabajo como cuidador en el Orfanato, luego de que Dazai fue "adoptado", y ahora se dedicaba a su esposa e hija Gin, de tres años de edad, aunque deseara al adolescente de cabellera castaña al que "cuidaba" en el Orfanato.

— ¿Y Dazai-kun?

Preguntó el hombre, al ver que Mori venía solo con Ryūnosuke, sujetando su mano.

— Está en una misión. No pudo venir, pero aquí le traigo a su hijo. Más tarde regresaré por él.

Respondió el jefe de la mafia. Se puso a la altura del niño antes de irse, y lo sujetó de ambos hombros.

ESCLAVOS DE LA PORT MAFIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora