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Capítulo 35: Visitas - Abbie

No editado, a tener en cuenta: Faltas de ortografía y algunas incoherencias a lo largo de la historia.

Ya han pasado un par de días desde que Kendall entró en mi habitación como un loco y en un estado deplorable. Me asusté de una manera irracional, lo cual me cabrea. ¡Yo le quiero! ¿Por qué diablos lo aparté? Lo peor fue ver cómo se desmayaba delante de mis narices. Tenía sangre por todas partes y estaba blanco como el papel y tenía moratones por todas partes. Nadie me ha querido decir qué es lo que ha pasado con Niall. Cuando vi en las noticias que Parker había muerto, me eché a llorar. Tenía un terrible presentimiento en relación con la imagen ensangrentada de Kendall. No sería capaz de soportar que me separaran de él, que me obligaran a dejarle.

Hoy he dejado que mi madre entre unos minutos, ver a mi padre es mucho más difícil. Su imagen no sólo me recuerda la paliza que me dio Niall, sino que también cómo me gritaba cuando se enteró que perdí mi virginidad con Kendall. Mi médico ahora es una mujer y sólo me atienden enfermeras. Me han dicho que voy a tener que ir a un psicólogo si mi miedo a los hombres no desaparece. En realidad, no es miedo a los hombres, es miedo a lo que puedan hacerme.

Mi madre me ha dicho que Emily, Ginger, Delilah, Penny y Hannah van a venir a verme. Creo que les debo una gran explicación sobre mi estancia en el hospital. Cuando Niall me pegó y me ingresaron quise que les dijeran que estaba con gripe para no preocuparlas. Tal vez ya se hayan enterado por otras fuentes sobre lo que ha pasado o, tal vez, ignoren lo que pasó en realidad. Si por mí fuera no les contaría nada, pero van a enterarse de una forma u otra. Puede que Kendall haya estado con los chicos y lo haya contado. Liam y Emily siguen juntos, así que éste no tardaría en contárselo a ella de forma inmediata. Todo esto me da dolor de cabeza y, por si no fuera poco, aún me duele todo el cuerpo. Tengo pesadillas continuamente, ya sean de Niall y Parker o de Josh. Ahora todo está mezclado y, quiera o no, revivo algo que me ha dejado marcada. Está claro que hay personas que no han venido a este mundo a ser felices, pero me prometo a mí misma que no seré una de esas personas.

La puerta de la habitación se abre y las chicas entran. Tienen las caras desencajadas y parecen estar muy preocupadas. Penny hace el ademán de venir a abrazarme, pero Hannah la retiene mientras niega con la cabeza. Por lo visto les ha estado informando.

—¿Cómo estás, Abie? —me pregunta Ginger en voz suave.

—Mejor, gracias.

No estoy muy segura de haber dicho la verdad.

—¿Qué te ha pasado? —Pregunta Penny—. Nadie nos dice nada, sólo nos han advertido de que no nos acerquemos a ti demasiado.

—Es verdad, ¿qué es lo que te pasa? ¿Es por la gripe? —dice Hannah.

Respiro hondo y me armo de valor para contarles la verdad. Empiezo por el día de la casa rural —ellas no se enteraron de lo que pasó y no estoy muy segura si los chicos llegaron a saberlo— y les cuento lo que pasó escatimando en detalles. Mientras me sincero con ellas, observo sus caras de horror y oigo sus gritos ahogados. Comienzan a despotricar contra Niall y Parker cuando les cuento lo que pasó en el aula de química y me paro a coger air antes de contarles lo que pasó en la habitación en la que me encuentro, sobre la camilla en la que estoy tumbada ahora mismo. No puedo contarles eso, no puedo decirlo en voz alta.

—Abie, ¿qué más pasó? —me pregunta Delilah.

—Es que es difícil de contar —susurro.

—Cuéntanoslo, los chicos no nos han dicho nada y estamos muy preocupadas por ti —dice Emily.

Abro los ojos como platos. ¿Los chicos saben algo?