Don't eat it before marriage! [JiTzu]

PARTE FINAL

—T-Tzuyu, ¿Que haces?— La pequeña coreana tenía sus manos atrapadas así que no podía quitar a la hormonal taiwanesa que estaba encima de ella.

—Respóndeme lo que te he preguntado...— Sacó su rostro de su cuello y la miro a los ojos. Su nariz estaba chocando contra la de Jihyo y su aliento a menta fresca la estaba debilitando.

—Yo... b-bueno, si quiero p-pero sabes que no puedo.— Su voz estaba temblando con esa nueva faceta de Tzuyu, se sentía tan sumisa en ese momento.

—Tienes toda la libertad de tocarme cuando quieras y donde quieras, amor. Yo soy la que no debe cruzar esa línea.— Mientras le hablaba iba dejando un camino de besos desde su quijada hasta su clavícula, alternando pequeñas mordidas suaves, después solo se levantó, buscó una camisa holgada de pijamada y se acostó al lado de Jihyo como si nada, cabe destacar que no lleva nada abajo apartes de su ropa interior.

—¿Que clase de comportamiento repentino es este, Chewy? M-Me haces sentir tan... tan... ¡agh!— Se acomodó en la cama para tomar bruscamente las cobijas y taparse hasta la cabeza pero como Tzuyu estaba sobre ellas no pudo jalarlas hasta más arriba de su caderas. La chica alta gateó sobre la cama para llegar a ella, exagerando el moviendo de sus caderas.

—¿De que estas huyendo, pequeña? Solo me quería divertir contigo un ra...— Puso su mano en el borde de la cobija para retirarla.

—Tzuyu ya basta...— Pidió apenada mirando al techo, como estaba odiando ese tonto anillo en su dedo anular. Sintió cuando su bebé se levantó de la cama y salió del cuarto a paso un poco apresurado.—¿Que le sucede?— Se levantó de la cama y la siguió hasta la planta de abajo.

Lo primero que vio en la sala fue a su linda novia sentada en el sofá con sus rodillas flexionadas sobre el, su cabeza estaba escondida en ese pequeño espacio entre sus rodillas y pecho, su hombros temblaban delatando su llanto silencioso.

Jihyo se acercó hacia ella para sentarse a su lado y frotar su espalda tratando de consolarla sobre algo de lo cual no tenía ni la menor idea.

—¿Por que lloras, Chewy?— Rodeó sus hombros con su brazo y se recostó de ella meciéndola levemente para calmarla un poco.

—¿No te gusto, verdad? ¿Te repugno? ¿Por que no quieres tocarme nunca?— Sollozaba sin mirar a la coreana.

—Sabes que el ani...— Tzuyu la interrumpió mirando por unos segundos a los ojos. Se veía tan triste que eso rompió a Jihyo. Sus ojos estaban tomando un color rojizo y sus mejillas estaba húmedas y rojas.

—He investigado sobre el anillo. Puedes hacer varias cosas, siempre y cuando no haya penetración...— Sorbió su nariz y continuó hablando.— Estoy segura de que ya lo sabías pero no quieres hacer nada de eso conmigo.— Bajó la cabeza otra vez limpiándose las lágrimas con las mangas de su pijama.

—Se que solo me ves como tú dulce novia que es menor que tu y que no sabe muchas cosas de la vida pero si supieras todas las cosas que pienso sobre ti a solas, te sorprenderías.— Estiró sus rodillas y se enderezó en el sofá.

—No lo sabía... yo pensaba que no podía tocar a nadie con en ese propósito erótico, ¿De verdad piensas que no quiero tocarte? ¿Como si quiera puedes pensar eso?— Limpio con sus pulgares las lagrimas rebeldes que se escapaban de los ojos de su novia.— Tzuyu llevo deseándote desde la primera vez que nos besamos...— Admitió bajando la vista a las piernas descubiertas de la taiwanesa, se veían tan bien formadas y suaves que no pudo evitar quitar una mano de su rostro y llevarla a su muslo izquierdo.— Pero ya sabes... debo tener autocontrol.— Levantó su mano para dejar de tocar ese pedazo de piel cálida pero la menor fue más rápida y afincó su mano contra la de Jihyo para que no se apartara. Antes de que fuese a protestar, la taiwanesa se abalanzó sobre sus labios, besándola con unos movimientos lentos y con su traviesa lengua asomándose para seducirla, sabía que Jihyo caería ante eso. Como predijo, la chica se dejó llevar por sus habilidosos labios, dejándose empujar sobre las posaderas del gran sofá.