Capítulo 1: Rumbo a la Universidad.

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Narra Audrey

Suena la alarma del móvil, si no llega a ser por que es el móvil lo hubiese tirado contra la pared. Me levanto de la cama arrastrando los pies hasta llegar al baño, abro el grifo de la ducha y dejo que empieza a caer agua lo suficientemente caliente como para meterme dentro de ella.

Al cabo de una media hora salgo de la ducha envuelta en una toalla alrededor del cuerpo y otra en la cabeza, abro el armario y cojo una falda negra con vuelo , mi camiseta de manga corta con las letras "dope"en color rojo y mis all stars blancas.

Entro de nuevo al baño, me desenredo mi pelo castaño y me lo seco.

Aplico un poco de base, rímel y me echo brillo en mis labios.

Salgo de la habitación, bajando las escaleras hasta llegar a la cocina encontrándome con mi madre Y mis hermanos pequeños mellizos.

¡Buenos días!- saludan los mellizos a la vez.

- ¡Buenos días!- beso la cabeza de Ross y Riley.

Me acerco a mi madre y poso un beso sobre su mejilla.

-¿Audrey te vas hoy?- me mira la pequeña Riley con esos ojos verdes claros.

- Si cariño, pero prometo que vendré a veros a menudo ¿Si?- cojo una tostada y la unto de mantequilla, para añadirle después mermelada de fresa.

-Yo no quiero que te vayas, con Riley me aburro mucho- Ross pone sus ojos azules tristes y hace pucheros.

- Ya verás como no te aburres con Riley- le guiño un ojo.

-¿Drey, me vas hacer unas coletas de espiga antes de irte?- mi madre y yo reímos ya que sólo me deja a mi hacerle esas trenzas.

-Claro que si Riley.

-Ross, Riley terminad de desayunar e id a vestiros- mi madre se levanta de la mesa y empieza a recoger los cubiertos.

Ross y Riley se levantan y empiezan a correr uno detrás del otro, mientras ayudo a mi madre a quitar el desayuno

-¿Drey?- pregunta mi madre sin mirarme, mientras guarda los platos en el lavavajillas.

- Sube a vestir a Riley, yo visto a Ross- cierra el lavavajillas y coge a Ross de la mano y suben la escalera.

-Riley, vamos a vestirte- alargo los brazos para tomarla y subir las escaleras con ella en brazos.

La dejo en la cama, y empiezo hacerle cosquillas, hasta que me dice que pare.

-¿Qué te quieres poner?- abro el armario y empiezo a buscar con la mano que coger.

-Lo mismo que tú- río y busco la ropa lo más parecida a la mía.

La ayudo a vestirse y vamos al baño para hacerle las trenzas de espigas en su pelo rubio.

Entro en mi habitación en busca de la maleta seguida por Riley, pero al oír a Riley gritar me giro y veo a Ross tirándole de una de las trenzas.

-¡Ross¡- grito y me acero a él para cogerlo, pero sale corriendo.

-¡Me-e ha dese-cho la-a trenza!- dice Riley entre sollozos.

- Venga no llores, te la hago otra vez- agarro su mano y la llevo a mi cuarto de baño, para arreglarle la trenza sentándola en el inodoro.

- Ya esta- se levanta y se mira al espejo.

Sonríe, besa mi mejilla  y sale por la puerta del baño dejandome en el sitio.

A los instantes reacciono, salgo del baño, cojo la maleta y bajo las escaleras, encontrándome con los seis ojos de mi pequeña familia.

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