Mónica despertó confundida y con un dolor de cabeza insoportable, comenzó a mirar a su alrededor mientras se preguntaba cómo había llegado ahí, ni siquiera se parecía a cualquier lugar que hubiera visitado antes.
Tomó su celular y no tenía recepción, lo único que logró encontrar fueron las fotos de la noche anterior y el registro de llamadas.
Camino hacia el fondo de la habitación en donde se encontraba su vestido de novia, vio la hora y se coloco el vestido estaba decidida a llegar a su boda, había esperado tanto tiempo, que no podía perderse su día, no ese se suponía que fuera el mejor día de su vida.
Se alistó y salió del hotel, justo a la entrada se encontraba su auto, tan solo un par de metros al frente vio venir algunas patrullas y ella simplemente se alejo dejando todo atrás.
Después de manejar durante 3 horas por una carretera recta en la que no había ni una sola señal de vida, noto que se estaba quedando sin gasolina y continuaba sin tener recepción.
Una hora después el auto se quedó solo con la reserva.
—Carajo, Carajo, Carajo.
Repetía mientras golpeaba el volante sin quitar la mirada del tablero.
Segundos después la arena se levantó, el auto estaba estrellado con todo el cofre desecho y ella tenía un golpe en la cabeza y el vestido manchado de sangre.
—¿Estas bien?.— Se escucho la voz de un hombre.
—QUE,¿ que ha pasado?. — respondió Mónica.
—Que se nos han estropeado los autos.
El la ayudó a salir del auto, y al verlo el vestido manchado de sangre el no sabía que hacer.
—Joder, perdoname que necesitas un médico, mira te ese golpe.
—No pasa nada estoy bien. — respondió ella mientras levantaba la mirada.
—Carajo tenías que ser tu. — exclamó samuel al ver a Mónica de frente.
—No creas que para mí es un placer.
—¿que haces aquí vestida así?.
—Voy a una fiesta de disfraces— respondió Mónica irónicamente.
—No cambias.
—y ¿ Tu que no tienes ojos?, ¿no podías fijarte por donde ibas? , mira como me has dejado.
—Joder mira en donde nos has metido, creí a verte.
—¿Yo? — lo interrumpió, — Joder ¿yo que culpa tengo de que tu estés aquí ?.
Samuel se quedó callado en ese momento y luego de unos segundos le pregunto de dónde venía.
— No estoy segura llevo horas conduciendo y no hay señales, ni personas ni caminos alternos no hay nada.
—pero estabas en algún lugar,¿ pasaste la noche bajo techo no?
—si un hotel está a unas cuatro horas en auto, pero no tenemos auto y tengo que llegar a la ciudad.
—Olvidate de eso no llegaremos hoy, yo llegue al pueblo más cercano hace una semana y de ahí he estado conduciendo hasta aquí, lo único que encontré fue una gasolinera ayer, atendida por un hombre algo extraño, pero pude conseguir comida con el.
—¿Que?.
Monica se encontraba totalmente aterrada.
—No entiendo cómo llegué aquí en una noche si tú has tardado tanto.
—Moni, ¿que día es hoy? Dime la fecha completa quieres.
—30 de enero del 2018. ¿Porque me preguntas eso?
—Por nada, ¿sabes cómo llegaste al hotel?.
—Las patrullas— exclamó Monica exaltada. Cuando salí del hotel vi llegar un montón de patrullas, deben volver por este mismo camino en algún momento.
—o deben seguir ahí, vallamos.
Comenzaron a caminar en dirección al hotel, llevándose con ellos lo poco que lograron rescatar de sus autos.
Un par de botellas de agua, una lámpara, una maleta con ropa de cada uno y un plato con comida rápida que Samuel había dejado en el tablero de su auto la tarde anterior.
Caminaron durante horas hasta llegar al hotel, lo único que encontraron en el lugar fue una patrulla abandonada con marcas de balas, el hotel acordonado y marcas de autos que salieron por direcciones distintas.
No había nadie, ni una sola persona. Salvo algunas marcas de sangre en el lugar, intentaron encontrar un teléfono pero fracasaron en todo intento.
—Tendremos que pasar la noche aquí, hay energía, hay comida en la cocina y tendremos para sobrevivir incluso más de una noche.— propuso Samuel.
—Mañana tendremos que salir de camino a la ciudad.
—Jamás llegaríamos caminando.— estamos a una semana en auto del pueblo más cercano.
—No podemos quedarnos aquí.
—Alguien tiene que venir.
—Comamos algo quieres. — le pidió Samuel a Monica y volvieron a la cocina, se prepararon un poco de carne y se sirvieron vino.
La noche siguió avanzando entre copas y recuerdos.
—Siempre supe que podrías lograrlo.
—y mírame en donde estoy ahora, en medio de la nada con el idiota de mi ex.
—Que hermoso cumplido— respondió Samuel incitando a Monica a brindar.
—brindo por todos los planes que jamás se podrán cumplir.— dijo ella.
—Por las personas que son para ti, pero no sabes dejar ir.
—por las decisiones desesperadas.
—por los errores.
—Brindo por nosotros, porque nos volvimos a encontrar.
Y siguieron con un par de brindis más.
El la acompaño a una habitación y se despidió de ella.
—Espera, no te vallas quédate aquí.
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Kilómetro Cero
RomanceMonica despierta el día de su boda sin saber en dónde está. Intentando volver a la ciudad y llegar a tiempo para su boda choca ¿con su ex? ¿Que más puede pasar?