🧊;; Chapter 1 - "The beginning".

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Luces, aplausos, caras desconocidas... Todos están emocionados por verla a ella en su segundo gran mundial en este deporte en el que lleva compitiendo años. Todos están emocionados por verla. Pero, ¿por qué? ¿Por qué les gusta verle patinar si aún no ha ganado más que oro en las pequeñas competiciones locales? Si no fuese porque aquel buen entrenador le encontró y abrió su camino hasta donde hoy en día está, nunca hubiese llegado por sí misma.

Hyesun, de 20 años de edad actualmente, estudiando por becas de deporte, dirección y administración de empresas, siempre ha tenido el sueño de crear una para abrir restaurantes por todo el mundo. Pero ese sueño era solo eso, un sueño, uno que nunca podría cumplirse debido a que por el momento no había acabado los estudios, no tenía dinero suficiente, ni tenía fuerzas para conseguirlo en ese momento.

Pero oh, se me había olvidado que las personas que le estaban viendo son extraños y le apodan "la chica de hielo". Es un nombre que sus fans le han dado desde el principio. A ella no le desagrada por dos razones: porque encaja a la perfección con su pasión por el patinaje, y porque en cierto modo ella tiene una personalidad fuerte. No es que fuese fría, sino que por ciertas razones no le gustaba estar con mucha gente.

Un día, esta inocente y reservada chica se encontró en el ascensor de su casa a un chico. Llevaba mascarilla, pero se la quitó nada más verla, mirándole completamente sorprendido. Hyesun al ver que el contrario iba a gritar algo le puso inmediatamente la mano sobre sus carnosos y no tan finos labios, empujándolo levemente hacia el interior del ascensor. Una vez la puerta se cerró, la de cabellos castaños, que hasta ahora había estado mirando la puerta, se volvió y se encontró con un par de orbes de un absorbente marrón muy oscuro. De igual manera el de cabellos castaños se encontró con unos ojos de distintos colores, muy bonitos, que sin saberlo se le han grabado en la retina a fuego.

Esa situación era muy incómoda y vergonzosa para ambos jóvenes de aproximadamente unos 17 ella y él 18 en ese momento. El calor comenzaba a subir paulatinamente por las mejillas de ella y paralelamente por las de él. Y así, como si ambos fuesen fuego y se quemasen por el tacto, se alejaron rápidamente el uno del otro.

— Lo siento — dijo Hyesun tras un pequeño carraspeo que denotaba nerviosismo. Por el contrario, el de cabellos oscuros aún parecía en shock, parecía que había visto un fantasma.

— Hola, soy Jeon Jungkook, ¿tú eres Hyesun...? — el chico se presentó, mirándola curioso, arrugando su naricilla. — ¿Eres tú? Esa chica que patina tan bien, ¿eres tú? — de ser curioso pasó a una expresión de emoción en cuanto Hyesun asintió con cierta vergüenza a su pregunta.

— No patino tan bien, aún no sé cómo es posible que tanta gente me siga — el chico de orbes oscuros agarró los hombros de la muchacha.

— ¿Cómo no puedes saberlo? Eres una patinadora magnífica, eres el ejemplo a seguir de mucha gente, entre ellos yo — con una gran sonrisa transmitió ese lindo mensaje a la de cabellos más claros en la que provocó un leve rubor en sus mejillas y un rápido movimiento de ojos para romper ese contacto visual tan cercano que tenían.

— Yo agradezco tu apoyo y el de todas aquellas personas que me dicen cosas tan bonitas como las que tú acabas de decir, pero siendo sincera, esta vez las rusas van muy por delante mía, no sé si podré hacerlo — el pequeño Jungkook con grandes ojos y sonrisilla de conejo le hizo dejar de hablar.

— Si algo me caracteriza es la competitividad, así que tu no te preocupes, tenemos fe en tí y sabemos que vas a ganar por todo lo alto y con mucha diferencia — le dio unos toquecitos en la cabeza, que aunque fueran de la misma altura, les avergonzó de igual manera a ambos.

Entonces fue cuando el de orbes marrones café miró su reloj y alarmado cogió sus maletas y le dijo a la chica:

— Yo también me deprimo cuando compito, todos nos deprimimos de vez en cuando, somos seres humanos, no pienses mucho en ello y ¡fighting! — elevó su brazo en un gesto de fuerza y salió corriendo antes de que la chica pudiese preguntar en qué competía exactamente.

Pasaron las horas, los días, los meses y los años. Aún no se habían esfumado esas palabras, esos ánimos que el chico le dió en aquel momento aún estaban grabados en su cabeza. Del mismo modo en la cabeza de Jungkook aún estaban claras las expresiones y el rostro de ella, al fin y al cabo él es su fan.

Pero las situaciones de ambos cambiaron a mejor por un lado y empeoraron por otro durante un tiempo. Él debutó como idol hacía ya unos tres años antes de aquel encuentro. Tanto como él como ella no tenían tiempo para intentar ver lo que hacía el otro. Aún así ninguno de los dos había olvidado aquel lindo día en el que él dió apoyos y ella se sintió respaldada ante tantos insultos que llevaba sufriendo por el simple hecho de estar al nivel de las patinadoras rusas, por ejemplo. Ambos habían comenzado a sufrir insultos, no eran reconocidos, la única diferencia entre ellos dos es que en ese momento, aún con todo ese odio, Jungkook y su grupo estaban comenzando a ganar más y más fama mundial. En cambio ella solo caía y caía debido a la fama.

— Hye... ¿por qué no comes un poco más? — su mejor amiga, Haneul, le preguntó con ojillos preocupados.

— No tengo hambre — dijo desganada al de orbes marrones-verde grisáceos, jugueteando con los palillos, moviendo la comida de un lado a otro en el plato de enfrente que contenía panceta de cerdo con kimchi.

— Venga ya Hyesun... me preocupa que no comas, ¿te han dicho algo malo de nuevo? — ante el silencio de la contraria Haneul suspiró algo apenada, pero sobretodo preocupada.

— No es novedad Haneul, dije que no me afectaría, pero hoy no es mi día, todo el mundo tenemos días malos — conforme iba argumentando, la muchacha iba apartando su plato y tumbandose en la mesa parcialmente, apoyando su cabeza en sus brazos cruzados sobre la mesa.

— Tengo una idea, que aunque no te guste, debes hacerlo por mí, ¿de acuerdo? — al ver que la contraria levantaba su cabeza y dirigía sus ojos curiosos a la misma, sonrió ampliamente — iremos a la fiesta de famosos que me han invitado, será divertido y, si no me equivoco, tú también eres famosa.

Hyesun no quería estropear las ilusiones de su mejor amiga, así que accedió a ir a esa fiesta junto a ella para que no fuese sola y que pudiese tener alguien en quien apoyarse si pasa algún suceso desagradable. Al fin y al cabo siempre estamos ahí la una para la otra queramos o no.

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