Frank

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No soy un hombre bueno y no intentó serlo.

Pero de vez en cuando me gusta hacer un poco de caridad y sobre todo si está también puede ayudarme a mí.

Esta vez he decidió además saldar una vieja deuda.

Todo el mundo siempre me recrimina que no pienso en alto, que soy egoísta y nunca llegare lejos porque no estoy motivado.

He llegado tan lejos como los pocos recursos que tenía me lo han permitido.

Y quiero más.

Es por eso que he venido aquí.

Al lugar más pobre e inseguro de esta ciudad nauseabunda.

Camino con las manos en los bolsillos mirando atento a mi alrededor, sé que es algo estúpido y solo me estoy delatando antes los criminales que están a la orden del día esperando a algún distraído para vaciarle los bolsillos por las buenas o en la mayoría de los casos por las malas.

Cuando siento que mi cuello va a romperse de tantas veces que he mirado a mis espaldas vigilando que nadie me esté siguiendo justo he llegado a mi destino.

El edificio está abierto, parece que alguien se olvidó de cerrar la reja de la entrada. Quiero tocar timbre pero este está roto.

El ascensor tiene un cartel que indica que ha dejado de funcionar y es peligroso así que subo por las escaleras.

No tardó mucho cuando llego a tercer piso.

A través de las diferentes habitaciones puedo oír de todo, llantos de niños, gritos furiosos, hay una pareja teniendo un momento de intimidad no tan íntimo ya que se oye por todo el pasillo y un perro no deja de ladrar de forma insoportable.

El cuarto que busco no tiene número se lo han robado por pura maldad cuando intentaron romper la puerta para robar algo pero de nuevo ¿Acaso alguien aquí podría tener algo de mucho valor? La mayoría de la gente de aquí apenas debe tener un trabajo en pésimas condiciones con un salario de mierda y muchos de ellos dependerán de alguna ayuda del estado que cada vez les da más la espalda.

Siento un poco de culpa con cada paso que doy.

¿Y si él está aquí por nuestra culpa?

Llego a la puerta correcta, está casi al final del pasillo.

Hay basura por todo el piso pero aún más aquí, distingo latas de cerveza, cristales botellas esparcidos por todos lados y muchas colillas de cigarros junto con envolturas de caramelos.

Golpeó la puerta tres veces y espero tan paciente como puedo.

El aura de este lugar es cansina, como un día caluroso y sofocante de verano. Apenas me deja respirar.

La puerta tiene marcas de golpes, ralladuras y alguien escribió "gilipollas" rayando el metal con una llave.

Pero no tengo tiempo para seguir examinándola porque se abre lentamente y muy poco.

—Frank —oigo que alguien me llama con un tono seco y miro arriba.

Nunca he sido muy creyente de lo sobrenatural pero sabría reconocer a un fantasma cuando lo tengo frente a mí.

Aún recuerdo la primera vez que lo vi.

Solía estar muy pendiente de que la gente pensaba de mí. Y eso me llevo a hacer cosas con las que no estaba de acuerdo solo para agradarle a los demás.

El primer ejemplo que se me viene a la mente es la primaria.

Era un niño bastante influenciable y sin mucha personalidad más que seguir al resto.

Revenge ; KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora