Llego a casa, por la noche, despues de un largo día de trabajo. Como siempre, voy vistiendo traje y corbata. Nada más abrir la puerta te veo de rodillas en el pasillo, esperando por mí, como cada noche. Llevas puesto un delantal, braguitas y el collar, como dije que hicieses antes de que me fuera. Me acerco a ti y tiro del collar hacia arriba, acercando mi rostro al tuyo.
- Eres una buena chica, te has preparado como te dije.
Suelto el collar y cojo la correa que tengo en el mueble de la entrada, poniéndotela. Te llevo con ella hacia la habitación sin dejar que te pongas de pie y sin poder ir delante mia. Cada vez que te adelantas un poco te doy un azote fuerte que deja la marca de mi mano en él.
- No puedes ir por delante de tu amo, cada vez que lo hagas tendré que castigarte.
De repente noto como tu vagina empieza a gotear un poco. Me paro y me agacho, tirando de la correa para que te acerques a las gotas del suelo.
- ¿Ves esto? No puedes hacerlo. -Te digo mientras pego tu cara al suelo y te agarro del cuello para que no la separes- La próxima vez te haré limpiarlo con la boca.
Finalmente llegamos a la habitación y me siento en la cama dejándote a ti de rodillas en el suelo. Hago el amago de quitarme la corbata pero solo la aflojo un poco. Te hago una seña para que te acerques y cuando estás delante de mí, me pongo de pié y me bajo la cremallera del pantalón, sacando mi pene y poníendolo delante de tu cara.
Te veo con intención de comerlo, así que me adelanto a ti y te agarro del cuello, impidiéndotelo y aprentando cortándote un poco la respiración.
-¿Qué te crees que haces? ¿Acaso te di permiso para que lo comas?
Hago que niegues con la cabeza y sonrío.
-Ahora jugaré un poco contigo, por intentar hacer algo que no debías.
Te doy unos golpes en la mejilla con mi pene mientras con cada golpe notas como se va poniendo más duro por momentos. Paso la punta por tus labios, incitándote y para ver si caes en la tentación, pero resistes y no haces nada. Entonces te doy permiso, te dejo comer la puntita y que juegues con ella, agarrándote del pelo por si intentas ir a más. Despues de unos momentos, sin avisarte, hago que la tragues toda durante unos segundos y la retiro de tu boca.
Te agarro por el collar y te levanto. Acto seguido te echo a la cama y te pongo a 4 patas. Me saco el cinturón y lo utilizo para atarte las manos a la espalda sin que puedas moverlas. Dejándote con la cara pegada a la cama y el culo en pompa.
Me termino de quitar los pantalones, y la corbata, la cual utilizo para taparte la boca para que no hagas ningún ruido. Aparto tus braguitas sin quitarlas y paso la punta de mi pene por tus labios vaginales, frotándolo y metiendo la punta por momentos. Despues de unos momentos, decido poner mi pene entre tus piernas, haciendo que las cierres y empiezo a mover la cadera, lo que hace que mi pene se frote con tus labios y el clítoris, dándote algún que otro azote.
Hago que nuevamente abras las pienas un poco, pero esta vez, en cuanto las abres, te la meto entera de golpe mientras te agarro con fuerza por la cintura. Empiezo a mover la cadera despacio, pero aumento la velocidad poco a poco. Cuando ya estoy yendo casi tan rápido como puedo, llevo una de mis manos a tu pelo, agarrándolo con fuerza y tirando de él.
Te suelto las manos y te giro, poniéndote boca arriba y volviendo a atarte las manos, pero esta vez al cabecero de la cama. Te abro las pienas y te la vuelvo a meter de golpe. Esta vez la quito y y la vuelvo a meter, repitiéndolo varias veces. Al final, la dejo dentro y muevo mi cadera describiendo pequeños círculos.
- Tu coño solo sirve para satisfacer mis deseos sexuales, nunca olvides eso.
Entonces, muevo mi corbata de tu boca a tus ojos, tapándolos y llevando dos dedos a tu boca mientras me muevo cada vez más rápido y fuerte, corriéndome dentro de ti.
- Ahora, no dejes que salga mi semen. Lo que se salga tendrás que limpiarlo con la boca.
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Mis relatos breves
Short StoryRelatos basados en hechos reales y mis propias experiencias.