"¡Despierta!"

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Cuando me levante Megumin aun estaba encima mío, al voltear la cabeza hacia la ventana pude ver como caían copos de nieve, se acercaba año nuevo.

Megumin aún estaba con el torso totalmente desnudo por suerte parece que no pesco un resfriado.

"¿Que hora será?"

Hice la pregunta al aire, sabía que nadie me iba a responder, Megumin empezó a moverse así que en respuesta le empecé a acariciar el cabello.

No podía escuchar nada fuera del cuarto, probablemente las chicas aun seguían dormidas por lo que intente volver a dormir.

A pesar de que todo estaba yendo relativamente tranquilo, no podía dejar de pensar en la Reina Demonio, de no ser por el Rey lo más probable es que hubiera sido yo el absorbido y entonces no podrían revivirme.

"Zzz... ay..."

Sin darme cuenta había apretado a Megumin con un brazo y la desperté.

"Lo siento"

"Buenos días"

Megumin me dio un fugaz beso en los labios y se recostó su cabeza a un lado de mi cuello.

"¿Paso algo?"

"No, ¿Por qué lo dices?

"Ese apretón no fue de felicidad"

"..."

"Recuerda que prometiste contarme todo lo que te pase"

"Esa regla es muy invasiva"

"Sabes perfectamente a lo que me refiero"

"...."

Al ver que no soltaba la verdad, Megumin tomo mi mano y poco después me dio un beso en la mejilla.

"Sabes, yo por mucho tiempo pensé que siempre estaría sola"

"Algo muy raro viniendo de tu clan"

"...."

"P-perdón"

"Antes de conocerlos, pasaba todos los días sola, escondiéndome de Yunyun de vez en cuando y apenas si comía, como no tenía maga avanzada no podía volver a casa aunque sea para pasar la noche"

"Ya veo"

"Y debido a eso le agarre algo de miedo a..."

Megumin envolvió sus brazos a mi cuello mientras pegaba su cabeza a la mía.

"La soledad..."

Podía escuchar como su voz se quebraba al decir esa palabra, a lo que yo me senté en la cama y la abrace por la cintura acercando su cabeza a mi pecho.

"Yo no soy Yunyun, yo la verdad no estaba para nada acostumbrada a esa miseria, si bien era pobre en mi aldea al menos tenía a mis padres y a mi hermana pero cuando estuve sola por primera vez en Axel yo..."

"Esta bien, ya entendí el punto, perdón por no decirte lo que pensaba"

"Yo..."

"No es necesario que hagas esto, por favor"

"Kazuma..."

"Dime"

"¿Eres feliz?"

No sabía cómo responder a esa pregunta de manera que suene genial o la pueda animar, pero algo se me iba a ocurrir.

"Depende"

"¿Depende? ¿De qué cosa?"

Le di un beso en la mejilla y después le respondí.

Una Vida Con Un Vivo CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora