EL CANTAR DEL AMOR - CAPITULO 1

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Por esos días cargados de emoción, llenos de sueños, por todo el sentir ya no lloraré más. Soy de las personas que imagina mucho y planea todo su futuro. Hoy recuerdo muy bien como inicio esta historia de amor y la emoción que me recorría todo el cuerpo. Espero les guste.

EL CANTAR DEL AMOR - CAPITULO 1

Tras un día aburrido Lara se encuentra a la salida con su maestra Jeny. No es una buena señal pero no se puede esconder así que continuó caminando.

-Lara, ¿Crees que hoy podrías venir a las 4pm?
Tras un silencio y una media sonrisa.
-claro maestra. Llevo el cancionero si gusta.
-Gracias hija, le pasas la voz a tus demás compañeras.
- Esta bien. La veo en la tarde.
Sonrió y se despidió. Mientras caminaba se encontró con la mirada de Luis.
Aquel chico era atractivo y risueño, llevaba un año sin verlo, era un año mayor que Lara. Tenían una química desde la primaria. De hecho sus familiares siempre los vinculaban pero entre ellos nunca había pasado más que una amistad.
Tenían una anécdota que los unía más allá de las emociones, en el jardín de niños se habían dado su primer beso para ambos. Algo que sus familiares siempre se los recordaban y eso hacía que se sonrojen ambos.
En un pueblo pequeño donde todos se conocen era imposible no saber hasta el mínimo chisme.
Ellos se acercaron a saludarse pero de lejos ya se sonreían al verse. 😊
-Hola Lara. (Mostró su bella sonrisa, aquella misma sonrisa que estremeció tanto el sentir de Lara)
Ella mostrando controlar sus emociones se acercó con firmeza.
- Hola Luis. Tanto tiempo sin verte. ¿Qué vientos te trae de vuelta aquí?.
Sonrió de manera irónica.

Era claro que algo los unía, los hacía saltar de emociones y poder verse a la cara les daba mucha alegría. Todo lo que con las palabras no podían decir lo expresaban en sus miradas. Siempre fueron grandes amigos pero esa sensación de contemplarse era casi irrompible y sagrado.
-Vine a verte. (Expreso con ironía. Aquella ironía que era cierta pero no quería dejar al descubierto sus sentimientos).
Lara hecho a reír y ambos se carcajearon. Pero ah ambos les llenaba de alegría tenerse uno para el otro tan cerca.
Entre risas y miradas cómplices continuaron su charla mientras caminaban por la avenida del pueblo. Al llegar a la esquina se despidieron, pero cada uno se dirigió a su casa con un pedazo de alegría robado del uno para el otro.
Ella no dejaba de pensar en las palabras que le había dicho y verlo era casi todo lo que había esperado en el año.
Por otra parte Luis sonreía al recordar aquella mirada, él también se sentía feliz de haber viajado. Todo lo valía por ver a Lara.
A las 4:00 pm se encontraba Lara sentada frente al pizarrón vacío del salón. Como siempre era la primera en llegar, nada aseguraba que las demás chicas llegaran pero le bastaba con que viniesen unas cuantas.
En el silencio del salón pensaba en como terminar todo esto y poder salir del colegio. Algo en su interior le pedía salir.
De pronto el sonido del teléfono llamo su atención. Cogió para ver de que se trataba.
Mirando la pantalla del teléfono sonrió al ver que se trataba de un mensaje de texto.
«¿Qué harás hoy por la noche?»
Una sensación de alegría extrema invadió su ser. De un salto se paró y brinco de alegría. Sabía que era Luis. ¿Pero cómo? No entendía como es que habría conseguido su número. Hace poco había cambiado de teléfono.
Pero sin darle vueltas al asunto comenzó a teclear en su teléfono.
«la verdad no sé cómo conseguiste mi número y tampoco sé a qué hora saldré del ensayo del coro que tengo hoy con la maestra Jeny»
Con rapidez le puso enviar.
Llena de emociones encontradas tenía muchas más ganas de salir corriendo del salón, cada segundo se le hacía eterno para poder salir y lo peor es que nadie llegaba. Un segundo después volvió a sonar el teléfono.
«bueno no te preocupes por eso, siempre hay una solución.»
Esa frase la dejó pensativa. No entendía a que se refería. El aburrimiento la estaba matando así que se paró del asiento y camino hacia la ventana que daba a un invernadero detrás de las aulas.
Ya resignada a no verlo por ese día se quedó observando los tomates que aún yacían verdes colgando a una esquina del invernadero
De pronto unos pasos se acercaban al salón, Lara volteó y volvió a su asiento. La maestra entró al aula.
-Buenas tardes profesora.
-Lara, ya estabas aquí. Pensé que vendrías recién.
Dijiste a las 4pm. ¿A caso lo olvidas?(pensó Lara un poco fastidiada).
-Profesora, ¿puedo pasar?.
¡Tierra tragarme! Pensó de inmediato Lara. Se le veía sonriendo y con esos ojos que siempre le habían hechizado.
-Pasa hijo, tu siempre serás bienvenido. Justo me hace falta gente para el coro.
Luis estaba sonriente y paso al aula directo a saludar a Lara. Se dieron un beso de saludo y ya sentados juntos se miraron y sonrieron.
-chicos, los dejo. Voy a la dirección a dejar unos papeles y vuelvo. Vayan ensayando. Lara, encárgate de ponerlo al tanto.
Ni unos segundos paso en que salió la maestra y ellos se miraron.
-Así que ¿está es la solución que mencionabas?...
-claro, ¿Esperabas otra solución?...El silencio lo dijo todo y las miradas querían gritar lo mucho que se gustaban. Pero para romper el silencio Lara sacó de su mochila un cancionero y varias copias.

-Ten para que me ayudes, ya que al parecer seremos los únicos en participar.

-Creo que las canciones ya nos la sabemos y no habría nada más por hacer así que mejor podemoooos...

En esos momentos entro la maestra deprisa y pregunto de como iba todo.

Pasaron la tarde juntos en el ensayo que se extendió más en una charla entre la maestra y ambos chicos. Se conocían tan bien que después de pasar una agradable tarde se despidieron de la maestra Jeny para luego salir del colegio, ya era noche así que Luis se ofreció en acompañara a Lara hasta su casa. En el camino charlaron de como iban los estudios y que novedades había en el pueblo durante la ausencia de Luis y entre risas se despidieron. 

Mas tarde le llega un mensaje a Lara y como era de esperarse era de Luis que decía: "Que descanses bien, mañana te veo a la salida del colegio".

Al día siguiente era la misa para lo cual se preparaba el coro del colegio, se venían los preparativos navideños, como armar el nacimiento, organizar las chocolatadas y se acercaba también la clausura del año escolar del colegio. Cada año como era de costumbre el pueblo llevaba las festividades con un grupo de bailarines que solían hacer competencias y animar el jolgorio del pueblo. Por otra parte la temporada de lluvias ya estaba con ellos y el frio era algo que solo dejaba con las ganas de quedarse en casa a dormir.

Aquella noche fue placentera para Lara, durmió feliz y con la alegría de que al día siguiente vería a Luis. mientras en otra parte del pueblo en otro barrio, Luis se hallaba revisando fotos en Facebook, miraba con alegría el perfil de Lara, tenia una foto con una gorra con orejitas de gato, le parecía gracioso y tierno a la vez. El frio de la noche no pasaba desapercibido así que decidió dormir en el calor de sus colchas mientras pensaba como decirle al día siguiente a Lara lo mucho que le gusta.

Ambos jóvenes siempre siempre tenían un algo que los unía más allá de su reencuentro, es como si la vida les tuviera algo preparado para los dos; siempre habían estado en contacto por Facebook, Luis se sentía cobarde de no haberle dicho antes lo que sentía por Lara y ahora que había vuelto no pensaba quedarse callado ya que tenía que decir todo lo que durante años se había guardado y esta vez darse la oportunidad de amar a aquella niña con la que siempre la vinculaban pero que siempre creyó inalcanzable para él.

La noche fue placentera para ambos, incluso el invierno se acomodaba al romance que sentían ambos jóvenes. 


Fin de año en las nubes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora