Fin de año en las nubes.

CAPITULO 2 - NO ERA MI INTENCIÓN

La mañana parecía estar calmada, fresca por la neblina y algo alborotado porque Lara iba un poco tarde al colegio, desayuno lo más rápido que pudo, cogió unas frutas para su receso y salió tan pronto se cepillo los dientes.  Por otro lado el frio aun mantenía dormido a Luis, no tenia clases, solo disfrutaba de sus vacaciones y de la visita a sus familiares por lo que despertaba un poco mas tarde pero entusiasmado por ver nuevamente a Lara, la había soñado toda la noche y eso lo hacia muy feliz. 

Conforme el día avanzaba el frio se ausentaba para dar lugar a un hermoso día soleado y de armonía. La naturaleza era de ensueño durante esos meses, el paisaje verdoso, las flores de la temporada de lluvias empezando a florecer. 

El día marchaba bien y el sol estaba en su punto más alto durante el día. En el colegio las clases finales y exámenes eran casi imperceptibles para Lara ya que estaba pensando en Luis y de lo poco que habían podido conversar, ella era feliz de una manera que ni ella se lo hubiese imaginado.

Quedaban solo las últimas horas de clases, el maestro solo se dedicaba a revisar cuadernos, dar puntos extra por los trabajos y preguntar a los alumnos a donde se irían a estudiar terminado todo y en que universidad pensaban continuar o si deseaban quedarse. Las conversaciones se hacían aburridas, Lara esperaba con ansias las campanadas del colegio quería estar en casa y encontrarse con Luis que le había dicho que se verían, pero no sabía dónde y a qué hora.

El grupo de chicas solían tomarse fotos de recuerdo de fin de año, si bien era cierto eran pocas alumnas, pero solían excluir a Lara. A ella no le afectaba tanto, pero si había ocasiones en las que le daba importancia a esos detalles, mientras ella veía como se hacían fotos una de las chicas se acerca hacia Lara.

-Oye, yo te vi ayer con Luis, te estaba acompañando a tu casa. ¿Están saliendo?

Aquella pregunta la tomó por sorpresa y no supo que decir. Todo el salón giró hacia Lara esperando alguna respuesta, las miradas acusadoras estaban posadas sobre ella, aquellos segundos se hacían eternos y el cerebro de Lara parecería haberse congelado en la búsqueda de una respuesta; poco a poco su compañera se acercaba más y más hacia ella al punto de sentarse a su costado, los demás ya estaban tras Lara esperando una contestación.

-Solo me lo encontré a la salida y conversamos en lo que iba a casa. (Logró responder con dificultad).

Aquella respuesta no parecía satisfacer a sus compañeros y menos a las chicas que no sabían del retorno de Luis, todas las miradas seguían posadas sobré ella, cuando la siguiente pregunta del interrogatorio estaba por pronunciarse sonaron las campanadas del colegio anunciando el fin de clases hasta el lunes que viene. Los chicos corrieron hacia sus mochilas y las chicas se alejaron hacia sus bolsos. Lara pudo respirar al fin, cogió sus cosas las metió a su mochila y salió con sus compañeros.

Al salir en la esquina para voltear a su casa estaba sentado Luis con una gaseosa en la mano, le sonrió y se acercó a Lara. Ella sentía morirse ante la mirada de medio colegio, le saludo como pudo y caminaron hacia su casa.

- ¿Por qué no respondiste mi mensaje?

- No sabía que me habías escrito.

- Esta bien, bueno almuerza, te veo a las 5pm en el mirador, ponte algo abrigador. (Se despidió con un beso en la frente).

Lara entró a su casa, su madre estaba ahí con el almuerzo listo, comieron juntos en lo que hablaban de cosas cotidianas. Tras el almuerzo subió a su habitación, se tumbó sobre la cama y cogió su teléfono para ver aquel mensaje y sonrió al leer.

-Espero estés teniendo un bonito día, quiero verte y quizá para eso tenga que robar de tu tarde, ¿te parece si nos vemos en el mirador a las 5pm?, espero tu respuesta. (Adjuntaba un osito sonriendo tiernamente con los ojitos brillosos)

Tras leer el mensaje, se cambio con lo mejor que pudo. Dejó los cuadernos y trabajos acomodados por si algún maestro se los pedía durante la semana. Su mente divagaba entre recuerdos de infancia junto a Luis e inevitablemente no paraba de sonreír y puso una de las canciones que la relajaban (tus pupilas de Siddhartha) ; así mientras ordenaba, cantaba y bailaba ya la hora se aproximaba. 

La tarde era fresca, el sol estaba por ocultarse y el aroma a eucaliptos acompañado con el viento realmente convertían el ambiente en un lugar perfecto para un atardecer desde el mirador y  Luis se encontraba muy entusiasmado, mientras caminaba por las salida del pueblo dirigiéndose hacia el mirador observo su reloj y marcaban las 4:26 pm por lo que tecleo en el chat de Lara. - ¿Ya estás lista? Paso por ti o deseas que te espere allá arriba. 

El sonido del teléfono le alerto a Lara por lo que se apresuró a responder.

-Sí mejor espérame ahí arriba.  

Él miro el mensaje y siguió caminando de escalón en escalón hasta llegar a la mitad cuando de pronto se percató de que un curioso amiguito lo estaba siguiendo muy feliz y moviendo la cola. Tenía los ojitos brillosos y giraba su diminuta cabeza como queriendo decirle algo mientras se acurrucaba en sus pies.

-Peluchín, ¿Qué haces aquí y quien es tu dueño?  Exclamó con ternura mientras se agachaba a acariciarlo, era tan pequeño, esponjoso, curioso y como dijo, era un peluchin. En tanto jugueteaban observó a sus costados y no había nadie cerca por lo que parecía que aquel curioso perrito le había seguido desde el pueblo. Sin poder dejarlo, más si estaba solo decidió llevárselo con él. Caminaron la colina hasta llegar por fin al mirador, desde ahí se podía ver el pueblo tan imponente, precioso, mágico y acogedor. Peluchin jugaba mordisqueando la manga de su casaca como si quisiera arrancárselo; él reía y así esperaban a Lara. 

-"Y antes de que broten tus pupilas mientras te decidas, llegará el amanecer que va a salir de tu interior para que todo alrededor se vuelva risa."  sonaba en el teléfono mientras ella cogió una chompa de lana color rojo con líneas rosa, se coloco unas zapatillas cómodas y ligeras. Se miro al espejo, sonrío como si la felicidad dependiera solo de ese momento, en su mente estaba Luis con esa sonrisa y esos ojos que fácilmente podían con ella. La canción había terminado y sonaban otros acordes cuando levanto el teléfono respiro antes de salir, apago la música y salió de su habitación; aquella tarde le parecía muy hermosa. ¿Era una cita que tenia con Luis o solo era una salida de amigos?. Las emociones eran fuertes y algo difíciles de ocultarlas sin que uno no se diera cuenta de que algo pasaba con ella.

En el trayecto subía entusiasmada y con ansias de verlo, esperaba que el llegase primero y que no note la prisa que llevaba ella por verlo, por otro lado, Luis ya estaba arriba sentado, esperando que Lara llegase y que no lo deje plantado.

El clima estaba templado, corría un aire fresco, pero no helado, el atardecer aun iluminaba y dejaba caer sus rayos de sol que eran abrazadores, el pueblo parecía sereno, sin mucho ruido; el sonido de los árboles con el viento, el aroma a eucalipto y muña hacían que la experiencia desde ahí arriba sea reconfortante.

Ya en la cumbre mientras caminaba y pasaba entre plantas silvestres con flores rosadas que tenían espinas, pero se veían preciosas, ella sonreía y tenía las emociones a flor de piel mientras tanto Luis esperaba impaciente recordando su infancia vivida en aquellas calles que lucían casi vacías desde lo alto del mirador. Tener el amor de su infancia en su mente y corazón lo hacía feliz con una carga de entusiasmo en querer verla y revelarle aquel amor que era evidente pero que solo ellos no podían ver del uno al otro. 

Al subir la ultima lomada y pasar por una roca gigante se hallaba sentado Luis, tenia la mirada clavada y perdida en el pueblo como si buscara a alguien en especial, el viento despeinaba un poco su cabello que lucia hacia el lado derecho, ella pensó en gritarle de atrás pero no, camino sigilosamente hacia él y ya estando de pie tras el chico que le atormentaba los sueños decidió contemplarlo un momento.