Diez Meses Contigo

Enero

Narra Alan

-¿Otra vez mirando el álbum? -preguntó mamá a mi lado haciéndome saltar del susto.

-¡Mamá! Me has asustado, siempre te digo que toques antes de entrar -le regaño.

-Lo hice, pero como estás tan ocupado mirando el álbum con tu cara de tonto pues no has escuchado, así que he entrado.

Mis mejillas tenían lava en explosión dentro de ellas y se volvieron rojas, desde que Andrea me dió el álbum no he podido parar de admirarlo, sobretodo la foto que nos había sacado Melissa cuándo ella tropezó y cayó sobre mí acorralando me contra la pared y nuestros labios a escasos centímetros.

-¡Tierra llamando a Júpiter! ¡Júpiter! ¿Me copias? -uy, creo que me perdí en los pensamientos otra vez.

-Sí, ma, ¿para qué me llamabas? -salí de mi burbuja de pensamientos e intenté prestar toda mi atención a mi madre.

-Melissa te vino a buscar -sentí con la cabeza.

-Gracias, dile que ya bajo.

-¿Por qué te busca tanto? Hace como un mes que se la pasan muy juntos, dime una cosa: ¿están saliendo?

-¿¡Qué?! ¡No!

-Lástima, me hubiera gustado de nuera -hace mucho calor, ¿verdad?

-No, mami, sólo es una amiga.

-Ajá, lo que tú digas.

Salí de mi habitación habiendo al fin convencido a mamá y me fui a la sala donde pensé que estaría Melissa, qué raro, no estaba.

-¿Melissa? -alcé un poco mi tono de voz.

-¡En la cocina! -escuché su voz media sofocada.

Fui hacia allá.

-Hola Mel -saludé entrando.

-¿Quieres Hot cakes? -preguntó comiendo en un plato.

-Hum... Sí, Dios le pague.

Me los sirvió en un plato y ella siguió comiendo, al terminar yo lavé los platos y salimos.

-¿Y bien?

-¿Bien qué? -pregunté haciéndome el tonto.

-¡No te hagas!

-Aish, bueno. Creo que aún necesito unos meses más.

-¿Qué? No, ya estuvimos entrenando más de mes -en cierta parte ella tenía razón, pero es que tenía miedo. ¿Que pasaba si Andrea decía que no quería nada conmigo? ¿Le gustará alguien? ¿Y si creía que bromeaba?

-Andaaaa, por faaaaa.

-No Alan, tú ya estás listo y debemos intentarlo.

-Está bien, lo intentaré. ¿Cuándo?

-A las 10:00 de hoy.

-Espera... ¿¡Qué?!- Consulté mi reloj, eran las 08:09. No tenía planeado nada, todo se salió de mi cabeza, no recordaba ni mi nombre.