En Diswork se respiraba un aire navideño, eran épocas de sembrinas. Esa época llena de paz y amor que se instaura en toda la ciudad llena de adornos y obsequios para los habitantes y sus seres queridos.
Menos para Jack.
Jack Frost era posiblemente uno de los pocos que ignoraba la idea de la navidad y todo su concepto mágico. El creía que navidad era solo la manera más rápida en todo el año en la que podría ganar dinero gracias a la ingenuidad de la gente.
Se encontraba corriendo las calles, había salido tarde de su casa para el trabajo y su jefe, Scar, no iba a tolerar que volviera a llegar media hora después de lo que se acordaba para los empleados, se lo había dejado muy claro y si volvía a pasar el sería despedido. Pasaba entre las calles más transitadas de la ciudad y gracias a la época en la que estaban eran aún más transitadas por gente feliz y alegre que venía con sus compras.
—A caso no podían comprar sus cosas más tarde— pensó para sí mismo mientras se encargaba de esquivarlos y llegaba a la avenida principal donde se encontraba el edificio en donde trabajaba.
Cuando estaba por entrar una voz lo llamo haciéndolo maldecir por lo bajo, al voltear para ver de quien se trataba se encontró con la persona que menos podía enojarse.
Elsa Arendell, su amor de infancia y en la actualidad. Ellos han vivido en el mismo vecindario desde pequeños. La rubia platinada era un ángel en toda la palabra, era amable, atenta, honesta y servicial, siempre la veía ayudando a alguna persona o haciendo algo por el bienestar de la comunidad, siempre con una gran sonrisa. Incluso se hicieron amigos gracias a la ayuda que le dió alguna vez en navidad.
Miro su teléfono un momento para revisar la hora, su jefe pasaba por su pequeña oficina en diez minutos si corría y pedía ayuda a su compañero de trabajo, Aster; tal vez, solo tal vez podría llegar a tiempo. Volvió a mirar a la platinada que se encontraba cruzando la calle, suspiro y mando el menaje a su amigo para solicitar la ayuda, al acabar de hacerlo y levantar la vista se encontró a una Elsa sonriente frente a él.
—Jack— canturreo su nombre.
—Elsa— la imito de igual manera.
—Me alegro de verte, buenos días— con cualquier otra persona el peliblanco hubiera bufado y negaría diciendo que no tenía tiempo para eso, pero era Elsa, su Elsa. Esa sola frase dicha de manera dulce y tierna había alegrado su día de la mejor manera.
—Bien, que tal el tuyo—respondió con una gran sonrisa.
—Excelente, es solo que tenemos mucho trabajo para organizar el evento de navidad para la caridad—sabia a donde quería llegar, todos los años Elsa ayudaba en este tipo de eventos—tal vez te gustaría venir, muchos de nuestros amigos están ayudando y seria divertido pasarla juntos.
Hizo una mueca. Al contrario de ella, Jack era de todo menos colaborativo desde que tuvo problemas con estas fechas decidió alejarse de todo lo que tuviera que ver con la navidad.
—¿Te están pagando, Els? — le pregunto de manera cuidadosa y sin parecer grosero— A veces no entiendo porque sigues ayudando en estos lugares si no obtienes nada, de seguro ni las gracias te deben de dar.
Elsa lo miro como si fuera un niño y no entendiera como funcionaban las cosas, eso le hizo enojar un poco y odiar de sobremanera aún más la navidad.
— Es un evento que se realiza una vez al año, no me molesta ayudar— explico— además este año me pidieron ser la organizadora y estoy muy emocionada— tomo sus dos manos y lo miro con los ojos brillosos, haciendo que Jack se pusiera nervioso— quiero que sea perfecto y necesito...
Mi ayuda, mi ayuda.
—...la ayuda de todos— sin duda el término de la oración había sido diferente a lo que él quería— me gustaría que te unieras, no todo el tiempo si no quieres, tal vez solo a convivir.
No podía decirle que no, pero tampoco estaba emocionado por la idea de ayudar en algo que no le beneficiaba económicamente.
— Tal vez me dé una vuelta— ahí estaba la contestación de todos los años.Elsa lo sabía por qué su rostro iluminado de emoción se apagó después de esas palabras. Miro al chico frente a ella y solo mostro una sonrisa triste.
—Te esperare— respondió para irse con desgana dejando al de ojos azules incomodo y molesto porque su interés romántico le pedía mano de obra en vez de pasar tiempo juntos a solas como cualquier persona normal.
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Feliz navidad, Jack Frost.
FanfictionLa navidad es una época para compartir. Eso es lo que dicen todos, pero para Jackson Frost desde la muerte de Emma, la navidad solo era una época triste donde cada año su familia se desintegraba por pedazos. Aun así Jack se dedico a hacer su vida e...