Cap. 3
Eran las 11:30 y los dos chicos se encontraban sentados sobre una vieja banca. Luego de una serie de comentarios ingeniosos de parte Louis y una larga lista de palabras nerviosa de Harry habían logrado entrar en plena confianza, una que fácilmente podría confundirse con la de unos amigos de toda la vida, pero después de un rato se quedaron sin charla y mirando a un punto fijo, perdido en alguno de las arboles de aquel inmenso parque, habían decidido que antes de la 12 pm volverían a la entrada/salida del instituto.
–Dile a Gemma si no quiere ser mi compañera en el proyecto evaluativo – comentó Louis, se podía sentir la súplica salpicada en la voz del más bajo – pero no le digas que yo te lo pedí, como que sé más discreto, tú me entiendes.
–Gem es alguien muy...–el rizado no sabía cómo decirle que Gemma no iba a dejar que interfiriera en sus proyectos estudiantiles – cuidadosa con sus elecciones de estudio, no creo que escuche a su ''hermano pequeño''.
–Perooooo puedes, no sé, decirle que ¿elija al nuevo? – hizo una mueca de ruego– por favor por favor por favoooor, ¿sí? –Unió sus palmas en señal de súplica– Además, eres Styles, intelectual desde la cuna – su gesto cambio al de halago – el ser más majestuoso en el universo, guardián de la sabidu...–
–Ya, le diré, maldito manipulador – le sonrió de manera complaciente mientras se ponía de pie. Una vez parado, comenzó a acomodar su atuendo –Y será mejor que vayamos yendo porque nos crucificaran, o al menos a mí.
Cuando el mayor se levantó de aquel desgastado asiento se apresuró a abrazar al rizado – Gracias gracias– repetía de manera incesante –prometo ser un buen compañero para tu hermana
– Sí, ya cállate– Lo alejó de manera apresurada, ya que dicho comportamiento lo hacía sentir algo ¿nervioso? Ni él sabía lo que le pasaba.
El ojiazul comenzó reírse y sin más ambos emprendieron camino hacía el Chingford , el cual ha decir verdad le causaba repulsión al pequeño Harry.
El transcurso se volvió un tanto apacible. El rizado se dedicó exclusivamente a observar a Louis, su manera de caminar y lo fácil que reía, esto último se transformó en un foco de atención para Harry, que no dejo de hacer payasadas todo el camino con la intención de sacar esas muecas de la boca del más bajo.
Era un tanto impresionante como estar cerca de ese chico hacía que el ojiverde cambiara de actitud de manera tan repentina, de un segundo a otro este podía ser el ser más extrovertido del universo, pero en un instante volverse tímido y vergonzoso. Y aunque esto era una señal de alerta, simplemente lo ignoró.
Por otra parte, Louis pudo notar la manera en la que Harry lo observaba, pero decidió pasarlo por alto. Ese chico era muy simpático a decir verdad, y es que cuando eres nuevo todo lo amigable es bienvenido. Claro que esto no aplicaba con personas como Cooper.
– Ya, por favor, me va a estallar el estómago– el ojiazul tomo una respiración tratando de recomponerse de aquel ataque de risa que lo tomó por sorpresa cuando Harry contó un malísimo chiste – Ya que soy nuevo y tú no, puedes ser mi guía...–expectante observo la manera en la que el ojiverde mutaba su semblante a uno de extremo nerviosismo– pero obviamente si tú quieres.
En ese momento, por la cabeza de Harry abundaba la felicidad ¿en verdad le estaba pidiendo eso? El pequeño no hizo más que asentir con un entusiasmo muy evidente, para luego cuestionarse a sí mismo si ese comportamiento no sería inapropiado y en una milésima de segundo, simplemente tomo una actitud tímida, cabizbaja respondió un ''si'' que salió más bien como un susurro.
El resto del camino hacia el instituto fue silencioso, pues el rizado solo se arrepintió de su comportamiento tan infantil, y Louis simplemente se perdió en sus pensamientos, recordando que de alguna forma todo su mundo había cambiado de la noche a la mañana.
