࿉ ཻུ۪۪ʾ̫݄˒Haikyuu!! One shots

꧐ɳᧉ ᥉ℎ꧐੮; Hoshiumi Korai

Au; medicina

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Orphic; (adj.) misterioso y fascinante más allá de la comprensión ordinaria.

With a mistake, My universe ended.

Fuí un descubridor de tu alma, quise inquirir más de aquello que tanto deslumbraba; no era un mineral precioso o un montón de hacienda. Apreté de más permitiendote fenecer en el camino.

Tu escencia era cómo la arena entre mis repulsivas manos.

El muchacho que ya había pasado a ser un hombre contempló en primera fila lo que era sentirse bienquisto; tan agraciado cómo demasiado tétrico. Su cuerpo se hallaba recostado en el asiento que se iba balanceando al paso del sonido que efectuaba con sus zapatos sombríos contra el piso de porcelanato pardo. Su bata, no quedaba atrás con los colores sombríos el atavio desarreglado e impuro, también siguiendo el compás de la silla de la esquina.

Hoshiumi, que poseía luceros de tan bello color pasaron a ser reemplazados por la visión de óbito junto a cercos oscuros; solo apuntaban a un lugar, la camilla preparada sin ninguna imperfección alguna. Con sus blancas sábanas y una almohada que ha sido pasada de paciente a paciente.

Tan joven persona fue junto a una temprana ida de su vida.

La duración de su estancia en aquel lugar fue largo, ¿Unos cinco años? O capaz fueron más. No lo sabía con exactitud; pero lo que tenía al tanto era el anhelo del paciente en cuestión. Con tantas inyecciones en su complexión todos los días, nadie aguantaría tales cosas, pero él seguía teniendo la fé que saldría de la clínica.

Korai, en cuestión, solo se encargaba de instruirse en la enfermedad de ___. Su enfermedad no era tan normal pero tampoco se poseía demasiado conocimiento.

El peor error que puede cometer un médico es encariñarse con un paciente que no se sabe si podría sobrevivir.

El peliblanco percibió una de sus tantas risitas casi inaudibles de él; su único amigo.

Especuló que solo era la falta de somnolencia y exceso de bebidas energizantes; tan pronto cómo examinó aquello, dirigió su mano a su libreta que su víctima le había obsequiado cuándo pudo salir al mundo exterior, fue su primera y única vez que logró salir de la clínica ese día de invierno.

Con temblor en sus extremidades abrió la tapa dura del objeto y eligió al azar una página; se puso a descifrar lo que había escrito. Los minutos pasaban junto a su lectura, algunas de esas escrituras eran lindas cómo la del día en dónde el masculino logró recuperarse un poco, un pequeño paso pero a la vez uno muy grande.

Soltó una pequeña sonrisa al recordar la felicidad de su amigo dentro del recinto; su voz se encontraba más fuerte y aniñada, hablando de un par de cosas que quería hacer al finalizar su tratamiento, uno de ellos era cocinarle a Hoshiumi, camarones Kappa.

Todos sus sueños fueron estropeados poco a poco.

Y llegó a la hoja terminal; el suceso arribó a su vida. Después de tantos tratamientos, ya sea con pastillas, vacunas, etc. Ninguno de ellos logró su cometido, días sin dormir solo por buscar la solución a la afección.

A pesar que no era terminal, evolucionó y el débil joven no alcanzó la cima de la recuperación.

Nadie pudo decir; tuvo una buena vida. Los familiares nunca lo visitaban, y sus allegados del colegio iban desapareciendo mientras transcurría el tiempo.

Su paciente terminó convirtiéndose en su conejillo de indias, ¿Sí él no lo atendía, pudo haberse salvado o únicamente ganaría el mismo final? Se sentía cómo si el fuera el asesinato de ____.

Le costaría dar las malas noticias a sus vínculos.

Esa nochebuena fue donde todo acabó.

La resiliencia de Korai se quebró del modo que un vaso de cristal al ser estrellado al suelo; sollozando sin detenerse, no le importaba si un compañero de trabajo u otro aquejado lo percibía a través de las finas paredes. Sus manos soltaron la libreta que tanto empeñaban sostener con fuerza, y comenzaron a arañarse entre ambas, la dolencia física no entraba en la atención del doctor, terminó de balancearse en la silla. Su cuerpo sintió un extraño aumento de temperatura, un leve apretón alrededor de su cabeza y una pequeña brisa sacudiendo sus hebras.

Juró con su ser que escuchó un —“Tranquilo, por favor. No me gusta que estés lagrimeando. Y gracias por el regalo, Hoshiumi.”—

“Si es que existe una persona toda poderosa que reina en los cielos, no me dejaría ir junto a mí querido y pequeño cómplice. Y eso es justo, yo lo asesiné por buscar una solución. No merezco ser alguien que salve vidas.”