Capitulo único

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7540 palabras. Espero lo disfruten :)



Alguna vez en la vida uno se ha preguntado el cómo se sentirá el primer amor. ¿Es cierto aquello sobre las mariposas en el estómago? ¿En verdad solo puedes pensar en esa persona? Miles de películas, series de televisión, libros y demás tienen como tema principal el amor, pero ¿todo aquello es real o es solo ficción?

Miles de preguntas sobre el amor rondaban por la cabeza de Hinata. Durante la secundaría, a pesar de encontrar lindas a las chicas de su escuela, jamás sintió nada parecido. Lo único que le provocaba un sentimiento parecido al amor era el vóleibol. Los nervios, las manos sudadas, el corazón acelerado. Todo ello solo lo generaba el voleibol.

Ahora, siendo alumno de la preparatoria Karasuno y miembro del equipo de voleibol, sus preocupaciones eran las siguientes:

· Ganarle a Kageyama.

· Ganar el torneo de primavera e ir a las nacionales.

· Ser el as de Karasuno.

· No reprobar la escuela (si reprueba, no puede ser parte del equipo).

Y finalmente:

· Enamorarse.

Tal vez esta última preocupación no sea la más importante, pero tenía tantas ganas de sentirlo. Anhelaba tanto amar a alguien que nunca se puso a pensar que su forma de amar no era lo que todos veían correcto.

Hinata en su último año de secundaria comenzó a notar que, aunque seguía viendo a las chicas de su escuela atractivas, su mirada se desviaba siempre hacía las piernas tonificadas de sus compañeros. Hinata no buscaba pechos grandes, sino una espalda ancha.

Con el tiempo, Hinata cayó en cuenta de que a él le gustaban los hombres, pero para una mente tan inocente como la suya, no creyó relevante ese nuevo descubrimiento. Amor era amor, ¿no es así?

Ya habían pasado un par de meses desde su ingreso a la preparatoria y, en su sueño de enamorarse, Hinata confundió sus sentimientos y se vio envuelto en un lío amoroso con un chico de su clase.

Desde hace un par de semanas, Nakahara y él habían compartido un par de besos por aquí y por allá, siempre alejados de las miradas del resto, pues, según Nakahara, necesitaban privacidad.

Y ahí estaban de nuevo, detrás del gimnasio de voleibol besándose, rozándose de vez en cuando y evitando hacer ruido. Hinata se encontraba sobre el regazo de Nakahara con los brazos alrededor de su cuello, mientras que Nakahara lo tomaba de la cintura, bajando las manos cada vez más.

Era tanta la excitación que ambos sentían que no escucharon a tiempo las risas de personas acercándose a dónde ellos estaban.

- ¡¿Qué demonios?! - escucharon a un costado suyo.

De la impresión, o eso creía Hinata, Nakahara lo empujó lejos de su regazo ocasionando que el peli naranja cayera al suelo con fuerza.

- ¿Qué rayos están haciendo? - exclamó uno de los cuatro chicos que los encontraron.

Hinata no pudo pronunciar nada lógico y solo balbuceaba cosas sin sentido. Con el rostro rojo como un tomate, busco ayuda en Nakahara, pero éste se rehusaba a mirarlo y con rapidez se levantó.

- Yo... yo no lo sé... él solo... - tartamudeaba Nakahara.

- ¿Acaso eres un marica? - pregunto con asco uno de ellos.

- ¡¿QUÉ?! ¡No, claro que no! ¡Fue él quien me beso! - se excusó Nakahara.

Hinata, aún en el suelo, miraba sorprendido a su compañero. Era cierto que él había comenzado el beso, pero Nakahara no había mostrado resistencia alguna.

Libre para amar - KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora