Capítulo Final - Parte 2

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— ¿Realmente no sabes para qué tu padre me quiere? — Indagaba Jimin mirando a su hermano.

— Aunque no nos guste, nuestro padre y no... — Negó tomando su chaqueta de uno de los percheros de aquel recibidor. — No tengo ni idea de lo que quiere hablar contigo. Últimamente te has convertido casi en el favorito, algo que agradezco porque así me gano mayor libertad.

— Me estás utilizando como carne de cañón, increíble, hyung. — El mayor sonrió besando su cabeza, susurrando algo en su oído que hizo a Jimin voltear, encontrándose con su padre.

— Papá. — Saludó con una venia apresurándose a la salida. — Nos veremos en la noche si mi cuñadito uno te libera. — Musitó con una sonrisa viendo a su padre fruncir un poco el ceño y a Jimin rodar sus ojos. Con maldad y diversión le dio un guiño mientras el menor le mostraba disimuladamente su dedo medio.

Los hermanos Park se veían con mucha más frecuencia ahora que el mayor demudó definitivamente a Seúl. Este había estado visitándolos, volviéndose el comediante de ellos solo para acompañarlo junto con Taehyung, algo con lo que buscaba alivianar las aguas. No tenía conocimiento de todos los detalles, era obvio que las cosas con Jungkook no estaban bien, con Taehyung aparentemente estaba bien, pero había una evidente decadencia en las muestras de cariño que él solía atestiguar. Claro, no todas las parejas se mantenía en la constante burbuja de romanticismo extremo, mucho menos público. Sin embargo, desde el comienzo él fue cómplice y testigo de la relación con Taehyung, cuando Jungkook se les unió también. Entonces, ver eso de cierta forma era triste.

— Con esto terminaríamos de liquidar la deuda con Park's Company. — Musitó Jimin terminando de firmar los documentos que su padre le entregó.

— Así es, ahora solo te queda mantener tus empresas, recordando siempre que de ellas no dependes solo tú, sino todos sus empleados, aliados e incluso los empleados de esos socios. — Comentó el señor Park recostándose a su silla mientras lo miraba y cruzaba discretamente sus dedos sobre su regazo. — En la empresa todo está marchando mejor de lo que esperaba cuando te la entregué hace casi dos años. Ahora, tu vida privada...

— Es mi vida privada, no tengo que darle satisfacciones de esta a nadie, padre. — Se apresuró a intervenir bajo la atenta mirada del mayor. — Si eso es todo...

— No he dicho que sea todo, no he terminado de hablar contigo. Así que toma asiento y escúchame. — Ordenó apacible.

Jimin sabía que cualquier discusión o conversación que no fuera estrictamente de negocios con su padre, desencadenaría un encuentro indeseado por su parte. No estaba de ánimo para escucharlo. Si bien desde aquella ocasión en su casa no había vuelto a hablar sobre su vida privada, no quería darle la menor brecha para soltar su veneno. Esa era la razón por la cual en ese instante empuñaba fuertemente sus manos controlándose. Miró de soslayo al mayor por varios segundos antes de exhalar y tomar asiento para poder salir de ello lo antes posible.

— ¿Cómo está Taehyung? — De todas las preguntas extrañas que podía esperarse, esa ni siquiera estaba en la lista. Tratando de esconder su desconcierto el rubio ladeó la cabeza relamiendo su labio inferior mientras lo miraba con desconfianza. — ¿Cómo va la relación de ustedes tres? ¿Cómo está Jungkook y cómo estás tú?

— ¿A qué vienen estas preguntas que nunca has realizado? ¿Desde cuándo te interesas por mis novios?

— ¿Novios o exnovios? No creo que Jeon continúe formando parte de esa relación. — Enarcando una ceja el menor tensó su mandíbula molesto, no podía creer que su padre fuera a utilizar eso ahora para molestarlo y burlarse de él. — Quizás no te has dado cuenta aún, ni siquiera cuando vives en carne propia todo lo que los negocios pueden ocasionar, todo lo que somos capaces de hacer por esto y todo lo que descuidamos también. Por mucho que intentamos llevar una balanza perfecta entre la vida profesional y la personal, para hombres de negocios del nivel de nosotros, con las responsabilidades que tenemos, el amor es casi un lujo. Una verdadera relación traerá al comienzo o al final problemas por esto. Quise que lo comprendieras y vivieras de primera mano aquella noche, quizás así, podrías comprender a tu padre un poco más. Todos los malos entendidos, los meses de viaje que se convierten en años y esas estancias tan cortas con la familia. Eventos a los que no se puede llegar, personas que nos aman esperando, mas por ellos mismos nos sacrificamos, para que tengan la mejor de las vidas.

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