HARRY
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Repaso con el dedo el contorno del dibujo de mi hermana: son unos pulmones hechos con flores. Los pétalos se salen de los bordes de los óvalos gemelos y los hay de color rosa pálido, blanco intenso, incluso azul purpúreo, pero de algún modo todos tienen una singularidad y vibran como si se hubieran abierto siempre. Algunas flores no han brotado todavía, y mi dedo nota la promesa de la vida que esta a punto de desplegarse de los pequeños capullos. Esas son las que mas me gustan.
A menudo me pregunto como seria tener unos pulmones tan sanos. Tan vivos. Respiro hondo y noto que el aire lucha por entrar y salir de mi cuerpo.
Aparto la mano del último pétalo de la última flor, deslizo los dedos sobre el fondo de estrellas, y cada puntito de luz dibujado por Gemma es un intento distinto por captar el infinito.
Me aclaro la garganta, retiro la mano y me inclino para recoger de la cama una foto donde se nos ve a los dos. Sendas sonrisas idénticas asoman tras las bufandas gruesas de lana, mientras las luces de navidad del parque parpadean sobre nuestras cabezas como las estrellas del dibujo.
Fue un momento mágico. El brillo tenue de las farolas del parque, la nieve blanca que colgaba de las ramas de los árboles, la tranquila quietud general. El año pasado casi nos congelamos el culo para hacernos esa foto, pero ya era una tradición. Gemma y yo juntos, desafiando el frio para ir a ver las luces de navidad.
Esta foto siempre hace que recuerde esa sensación. La de salir con mi hermana en busca de aventuras, los dos solos, y teniendo el mundo ante nosotros, como un libro abierto.
Con una chincheta, cuelgo la foto junto al dibujo y luego me siento en la cama. Cojo la libreta de notas y un lápiz de la mesilla de noche, y mis ojos repasan la larga lista de asuntos pendientes que he escrito esta mañana, cuya primera entrada, convenientemente tachada, es la numero 1: ''escribir una lista de asuntos pendientes''. La última es la número 22: ''reflexionar sobre si hay vida después de la muerte''.
Es posible que este número 22 sea un poco ambicioso para un viernes por la tarde, pero de momento ya puedo tachar el asunto numero 17: ''Decorar las paredes''. He dedicado la mayor parte de la jornada a hacer mía esta habitación, antes desnuda y cuyas paredes ahora están llenas de dibujos de Gemma, los que ha ido regalándome a lo largo de los años, pedazos de color y vida que estallan desde las paredes blancas de la clínica, cada uno de ellos fruto de un viaje distinto al hospital.
En uno de los dibujos, en que aparezco con una vía de goteo intravenosa en el brazo, de la bolsa salen mariposas de distintas formas, colores y tamaños. En otro llevo un catéter en la nariz, y el cable retorcido dibuja un signo de infinito.
En el siguiente, estoy usando el nebulizador, y el vapor que expele forma un halo nebuloso. Y por ultimo, el mas delicado de todos: un tornado de estrellas difuminado que dibujó la primera vez que vine.
No es tan refinado como sus obras posteriores, pero por alguna razón, eso hace que me guste todavía mas.
Y justo debajo de toda esta explosión de vitalidad se encuentra... mi profuso equipamiento médico que descansa junto a la horrorosa silla verde y de cuero falso que decora todas y cada una de las habitaciones del Hospital de Saint Grace. Observo con aprensión el soporte vacío de la vía intravenosa, sabedor de que la primera de muchas tandas de antibióticos que me esperan este mes llegaran justo dentro de una hora y nueve minutos. Soy un chico con suerte.
-¡Es aquí!-exclama una voz fuera de la habitación.
Alzo la vista en el momento en que la puerta se abre lentamente y dos rostros familiares asoman por la pequeña rendija.
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A dos metros de ti l.s.
FanfictionNecesitamos estar cerca de las personas que queremos casi tanto como el aire que respiramos. Historia empezada el : 28/05/2021