Mi héroe.
—Al principio —comencé a hablar con mi voz temblorosa, ésta se reguló al rato —, solo podía sentarme en el escritorio de mi habitación y golpetear con un lápiz sobre la libreta. Lo único que pude avanzar en dos semanas fue el título, así que por días y tardes estuve ahí, estática, admirando las palabras “Mi Héroe” sob...