Una cucharada de su propia Medicina.
Ahora me doy cuenta que el amor es como una droga; aún sabiendo que nos puede causar daño nos volvemos adicto a ella. Henry es mi droga y me volví lo suficientemente adicta como para pasar por alto los daños causados. Había sucumbido tantas veces a esa droga que creía no poder dejarla, Henry era la droga más peligrosa...