Demasiado Azul
«Ví cómo sin arrepentimiento se marchaba, llevándose el granero y todo lo que un "nosotras" llego a ser. -Lapis... - musite con el corazón en la mano haciéndose añicos. Sentí un par de lágrimas recorrer ambas mejillas hasta desaparecer en la punta de mi barbilla. -Vamos, Peridot... vayamos a casa- sentí la mano de S...