Almas Eternas
El recuerdo de aquella cálida noche de verano me erizaba la piel, y no es para menos, ese día encontré a mi otra mitad. Pasé cuatro siglos buscando a quién sería mi compañera de eternidad, y cuando finalmente la encontré, huyó de mi. No soy una persona que se rinde fácilmente, con los años, aprendí a luchar por l...