Clandestinidad
Estabas en mi memoria, en mis versos, en mis sonrisas y en mis lágrimas. Estabas sin estar realmente, estando ausente. Seguías siendo un Amor Clandestino, sólo que ahora tenías voz y voto.
Estabas en mi memoria, en mis versos, en mis sonrisas y en mis lágrimas. Estabas sin estar realmente, estando ausente. Seguías siendo un Amor Clandestino, sólo que ahora tenías voz y voto.
Esta es mi poesía, mi verdadera poesía, la que sale de mi corazón, pues enamorado estoy de la señorita a quien estos poemas van dedicados con toda mi alma y pasión, ya que no es bella Carolina, ni dulce, ni buena persona, sino todo esto y mucho más multiplicado por cualquier número mayor de un millón, y no exagero, o...