Donde Siempre es Otoño (Camren)
Aún tuvo fuerzas para gritar al sentir que le rompían los dedos de la mano derecha. No podía moverse. Ni siquiera para hacerse un ovillo y proteger su magullado cuerpo por si aún no se habían cansado de golpearlo. Derrumbada en el suelo de la Rivera Verde del río Hudson, mientras el aire no le alcanzaba los pulmones...