No me quedaba otra más que amarte
Mi vida era una miseria, tan sólo rodaba alrededor del alcohol y chicas que no conocía. Trapicheos para vivir con los lujos de los que dispongo. Carreras y velocidad. Velocidad, y mucha, pero nada más. Hasta que mi mirada choco con la suya, esos ojos verdes esmeraldas que transmitían una necesidad por vivir inmensa...