Como la cafeína para la resaca.
Después de tres años viviendo en los barrios bajos de Nueva York, Maxine Bianco se había acostumbrado a la extraña rutina de su vida, como a sus horarios de vampiro, a tratar con borrachos o simplemente a reconocer la sirena de la policía desde la distancia. Había tenido que acostumbrarse a ello a base de hostias, y v...