¡Acéptalo!
-¡Zero! ¡Por favor espera! -gritó el peliplata mayor a su obstinado hermano menor que estaba prácticamente huyendo- Te necesito y tu también me necesitas ¡No lo niegues! El cazador paró y miró hacia atrás con el corazón en la boca, su hermano tenía razón, pero no era correcto, no podían. Estaba prohibido ¡Por el demon...