LA DANZA DE LA MUERTE
Quizá fuera su aliento chocando contra su vello corporal, erizándolo, humedeciéndolo, dándole vida para luego quitársela. Incluso su corazón, si es que lo tenía, bailando al son de la misma melodía. Sus manos acariciando cada hueco en blanco de su piel, como si de un lienzo se tratara. Como si del mejor artista que e...