Diecinueve Segundos
Diecinueve segundos. Fue el tiempo que le tomó a Diana hacer una película en su mente acerca de cómo podría acercarse a la atractiva mesera que trabajaba en la cafetería de Mihira. Podía decirle que era hermosa, guiñarle el ojo y pedir su número de teléfono anexado a la cuenta de su pedido. Empezarían a salir las tard...