¡Fuera de mi infierno!
Era un día cualquiera en la vida de Lucifer: Quemar a los pecadores, administrar las almas de los difuntos, dar de comer a su precioso Cerbero y atender a los mortales que buscaban satisfacer sus deseos a cambio de sus almas. Todo estaba perfectamente bien, hasta que de un momento a otro, una humana fuera de lo usual...