Las Casas
Había llegado al monte de Las Casas. Subí hasta la primera Casa, en donde había escrito que era la Casa de la Muerte. Era una morada de piedra envejecida cubierta de hiedra y de tejado de paja y tenía aspecto de milenaria. Me acerqué hasta la puerta de madera y la abrí; no ofreció resistencia alguna. Pude ver que se t...