Lo prohibido sabe mejor.
El hilo rojo del destino puede estirarse, doblarse, tensarse, pero jamás romperse. Uno se desvía del camino predestinado, pero siempre vuelve, por azares de la vida a retomar lo que le fue concedido como destino, y Josuke supo eso en el momento en el que beso a Rohan. Ese hilo quizás pueda romperse, pero volverá a u...