Estaba completamente centrado en lo que veía y escuchaba hasta que el sonido de la campana de la puerta se hizo presente, luego pisotadas mojadas, el chasquido de las gotas al deslizarse el impermeable, y cuando voltee la mirada estabas tu intentado desacerté de las gotas que corrían por tu cabello, dejaste la sombrilla en el lugar usual, colgaste tu impermeable y luego me miraste. Porque a veces solo se necesita una mirada, un sonido, una conexión inexplicable para que todo este de nuevo en su lugar.